Reclama la Defensora del Lector de El Tiempo, por las calidades que los periodistas supuestamente exhiben a la hora de tratar con el oficio de informar y que no nos son dadas a los demás mortales. Los periodistas (con honrosas excepciones) inventan hechos, distorsionan la geografía, emiten conceptos que piden real calificación profesional o consultan a los menos indicados (hace poco, City TV consultó a un "Ingeniero Bioenergético" acerca del tema de la salud en las proximidades de las líneas de alta tensión), trivializan hechos que piden profundidad, alientan prejuicios, prejuzgan, califican procesos, traducen mal (como la boba de RCN quien - a propósito de un discurso sobre la guerra en Irak - para "innocent casualties" escogió inocentes casualidades), asumen que la historia comenzó hace tres horas porque todo ocurre por primera vez... Y la Defensora del Lector defiende su celo profesional, cuando la gente especialista tiene más presión para ser responsable con lo propio de su especialidad, mientras afina las artes de la redacción periodística; en tanto un comunicador social no tiene para cuando sentarse a aprender la diferencia entre politraumatismo y traumatismo múltiple, o averiguar que lo que canta Jorge Velosa es Carranga y no Guascarrilera, que los fósiles (y más los bichos que antecedieron a la aparición de nuestra especie) son estudiados por la paleontología y no por la arqueología, que los volcanes de lodo no emanan lava, que "delito penal" es un pleonasmo,...
Pues de malas, Defensora. La mayoría de quienes aportan su versión a partir del privilegio de haber visto los hechos tiene alguna postura o algún referente de análisis para contextualizar lo informado y presentarlo de alguna manera. La blogosfera está también poblada de quienes le van a cuestionar imprecisiones, injusticias, falta de contexto y responsabilidad. Aquí se presenta una interacción a la que pocos de su gremio están dispuestos a tomar en serio, pues su oficio los tiene cazando la siguiente historia y tampoco tienen la calificación para ello.
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