sábado, diciembre 30, 2006

Los vecinos

No soy apologista de las fumigaciones para contrarrestar el narcocultivo. La misma determinación bélica nunca se ve para atacar a las partes de la cadena que más valor agregado dan y que más alientan la persistencia del negocio. Además el efecto es la expansión del área afectada por el narcocultivo, con lo cual no se remedia sino se agrava el ya negativo efecto de la deforestación y el envenenamiento de los ecosistemas con los insumos agrícolas y precursores químicos del procesamiento de la cocaína. No creo, sin embargo, en la sinceridad de muchos de quienes denuncian las fumigaciones, fingiendo solidaridad con labriegos y otros actores débiles del problema, pero callan ante el papel de los grandes cárteles y sus agendas en todo esto. Menos creo en la honradez de las declaraciones del recién electo gobierno ecuatoriano. Una cosa es molestarse con los aspectos provocadores e inconvenientes de la operación bélica en la frontera; otra es entrar a opinar sobre política interna de manera tan impertinente.
El tema de los presidentes vecinos y sus aventuras de pretensión hegemónica se ha puesto verdaderamente pesado. Que un presidente que saltó automáticamente a aplaudir la operación de invasión a Irak tenga una actitud tan timorata con las actitudes de Hugo Chávez, da para pensar que se juegan duras cartas de chantaje en la política binacional. Tratándose de un gobernante con chequera fuerte, que compra los acontecimientos políticos en la región, es obvio que la explicación apunta a ese tipo de determinaciones.
La revolución chavista es una quimera, con cierto aliento mientras dure la coyuntura energética mundial actual y los Estados Unidos no tengan un descanso importante en sus andanzas por el Golfo Pérsico. La expansión de su influencia política regional, junto a su poder electoral, contrastan con la categórica derrota de sus supuestas metas en la economía y en la estructura productiva venezolana. Los precios altos del crudo maquillan una progresiva disminución de competitividad de PDVSA y la profundización de la condición de país exportador de materias primas. Para completar, andar cerrando medios de comunicación (por muy enemigos que sean) y expresar tales determinaciones de manera tan prepotente, son cosas que demuestran la poca inteligencia política del personaje y de quienes lo rodean y adulan.
Mientras tanto nuestro país vive un vacío de gobernabilidad aun más profundo que el que presenciamos en tiempos del gobierno Samper, quien cedía ante quien fuera en medio de la andanada de líos judiciales y políticos que tuvo que atender. Uribe capotea el cuestionamiento público de cada vez más colaboradores, de los que se le pegaron y de los que él mismo metió en cargos; responde a sus compromisos reelectorales con curtidas y voraces clientelas regionales y se deja mangonear de sus vecinos del Norte y el Oriente. Año inquietante este.

miércoles, diciembre 27, 2006

El fin está cerca

Hace unos años, cuando con pocos días de diferencia fallecieron Diana de Gales y la Madre Teresa de Calcuta, comentábamos entre tragos con un amigo que - si por esos días morían Sinatra y el Papa - era el momento de convertirse no fuera que se nos venciera el plazo. Me imagino que distintas personas de distintas épocas se hicieron una imagen mental muy singular del reparto de su mundo, de los que debían estar en la foto para la posteridad. La primera década del milenio parece cerrarse con la salida de escena de la inmensa mayoría de los protagonistas de duras rivalidades y prolongados conflictos. La generación de líderes que pacto y disputó el escenario de la posguerra, la fundación de la ONU, la OTAN, el Pacto de Varsovia; los artífices del fin de la última guerra entre liberales y conservadores en Colombia. Pienso ahora en los muñequitos del video de Phil Collins (Land of Confusion), de los cuales ya se ha ido uno que otro.
Este año se fue un personaje sin lugar a aguas tibias, el más audaz de todos los cobardes. En años anteriores abandonaron el mundo de los vivos personajes que moldearon el paisaje político del globo con consecuencias de largo plazo; gente que nació a la política en medio de la brutalidad de la Segunda Guerra y maduró con la experiencia de las turbulencias del mundo y la amenaza de la Destrucción Mutua Asegurada. Algunos grises pero célebres siguen vivos y escondidos. A otros les toca manyar que a su lado se prueban la ropa que van a dejar. Ya no están los que interlocutaron con DeGaulle y Eissenhower y Churchill, los que movieron los hilos de la situación de los misiles cubanos y se aguantaron las ganas en diversas situaciones en el Canal de Suez; los que no contuvieron su ira ni su ambición en tantos escenarios y oportunidades.
Un siglo atrás se evocarían reyes europeos, todos parientes, filósofos y caudillos de espada y caballo. En todo este sainete que enterramos ahora no hubo mayor intercambio de genes entre gobernantes, y la labor de los escultores va a ser más ardua cuando representen el arma de los líderes. En fin, la página del siglo XX ya casi reposa entera sobre las anteriores y se agota el tiempo para que escribamos con buena letra sobre la que sigue.

sábado, diciembre 09, 2006

Todo está en los orígenes

La andanada reciente de noticias acerca del proceso de paz de los paramilitares, los trapos sucios de los políticos y los dilemas del gobierno; han dado para que salga de nuevo esa vieja manía de justificar todo en el pasado o echárselo en cara al contendor. Allí la frase esa de la historia me absolverá sufre un giro gramatical más bien dramático: la historia absuelve de atrás para adelante gracias al tradicional recurso de la excusa.
Hoy el presidente manda a callar a sus críticos del Congreso descalificándolos por un pasado de violencia política y criminalidad y cuestionando su derecho a ejercer la política desde donde lo hacen. Mirando al pasado nos podemos de llenar de excusas en un sentido o en otro. Insurrectos contra el Estado, agresores contra la vida y la integridad de población y fuerza pública (haciendo cosas como disparar desde una avioneta en los Llanos), llegaron luego a cargos como Ministro de Educación, Alcalde de Bogotá o dirigencia de partidos a los que no echan en cara quemas de edificios públicos. De distintas insurrecciones y guerras civiles salieron funcionarios y nuevos protagonistas de las instituciones supuestamente confrontadas. Nuestro Estado se fundó en el levantamiento armado contra un orden, por parte de ilustrados que lideraron tropas variopintas, con sus desmanes y abusos.
Sin embargo el mundo no se queda quieto. Hace siglos que se le ocurren a la humanidad ideas que no ponderan la tradición sino que emprenden nuevas cosas. En su momento la idea de dar derechos universales a todo humano tuvo que ser innovación y alevoso atrevimiento. Alguna gente tuvo que convencer a los doctorcitos de que se lavaran las manos antes de atender a sus pacientes.
Las bestialidades cometidas alrededor del tratamiento del tema paramilitar, no se tapan invocando los males de los reinsertados de las guerrillas que hablan desde el Congreso. Son temas que se tienen que afrontar con madurez y responsabilidad. Yo no parto de la hipótesis extrema de Uribe como trasunto de la derecha cavernaria, como líder público de facciones extremas, ni como encarnación de Adolfo Hitler. Estas cosas trato de valorarlas con cabeza fría previamente. Pero el personaje no ayuda. Cuando se ha defendido una institucionalidad y una legalidad a punta de negarla, corromperla, violarla (con conciencia de lo que se hace, porque no se reconoce públicamente), se está ante un suicidio de la legitimidad, nada menos. La celeridad a recurrir al pasado oscuro (pero públicamente divulgado) de sus contradictores, es una muy mala señal acerca de la vocación democrática del dignatario.

jueves, diciembre 07, 2006

La verdad no os hará libres

Hoy se anuncia que la dirigencia formal del paramilitarismo amenaza con hablar si no se restituyen las comodidades retiradas hasta hace unos días. Lánguido viraje de una relación desventajosa para ellos mismos. Ya el Ministro de Defensa dijo que no importaba y que hablaran, que ellos juzgaban a quien toque. Yo agregaría que no va a pasar nada. Medio país no se escandalizará ni pedirá la cabeza de tan prestantes personajes. Otro tanto preferirá no creer en la palabra de los gatilleros, utilizados al fin y al cabo y desechados como una amante contratada por ratos.