miércoles, julio 25, 2007

Pois

La camiseta de mejor escalador ya no es prestada. Mauricio Soler ha quedado quinto en una etapa dura, con una actuación que también le mereció la camiseta de la combatividad. Aunque pareció que su rezago ante el grupo de los cuatro (Rasmussen, Leipheimer, Contador y Evans) representaba resignación al agotamiento, los últimos cinco kilómetros avanzó desechando el peso del pelotón y cazando a Sastre con un paso aguerrido que manda a la alcantarilla la supuesta falta de actitud que algunos le atribuyeron.

Numéricamente y por sobradas condiciones ciclísticas, solo Rasmussen lo puede desbancar de ese primer lugar. Soler tiene que lucirse con ese premio de tercera que queda y resistir a las agresivas etapas que siguen. Quienes han seguido de cerca su carrera dan fe de su carácter aguerrido y esperan que no se funda. Eso espero yo también.


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