sábado, diciembre 30, 2006

Los vecinos

No soy apologista de las fumigaciones para contrarrestar el narcocultivo. La misma determinación bélica nunca se ve para atacar a las partes de la cadena que más valor agregado dan y que más alientan la persistencia del negocio. Además el efecto es la expansión del área afectada por el narcocultivo, con lo cual no se remedia sino se agrava el ya negativo efecto de la deforestación y el envenenamiento de los ecosistemas con los insumos agrícolas y precursores químicos del procesamiento de la cocaína. No creo, sin embargo, en la sinceridad de muchos de quienes denuncian las fumigaciones, fingiendo solidaridad con labriegos y otros actores débiles del problema, pero callan ante el papel de los grandes cárteles y sus agendas en todo esto. Menos creo en la honradez de las declaraciones del recién electo gobierno ecuatoriano. Una cosa es molestarse con los aspectos provocadores e inconvenientes de la operación bélica en la frontera; otra es entrar a opinar sobre política interna de manera tan impertinente.
El tema de los presidentes vecinos y sus aventuras de pretensión hegemónica se ha puesto verdaderamente pesado. Que un presidente que saltó automáticamente a aplaudir la operación de invasión a Irak tenga una actitud tan timorata con las actitudes de Hugo Chávez, da para pensar que se juegan duras cartas de chantaje en la política binacional. Tratándose de un gobernante con chequera fuerte, que compra los acontecimientos políticos en la región, es obvio que la explicación apunta a ese tipo de determinaciones.
La revolución chavista es una quimera, con cierto aliento mientras dure la coyuntura energética mundial actual y los Estados Unidos no tengan un descanso importante en sus andanzas por el Golfo Pérsico. La expansión de su influencia política regional, junto a su poder electoral, contrastan con la categórica derrota de sus supuestas metas en la economía y en la estructura productiva venezolana. Los precios altos del crudo maquillan una progresiva disminución de competitividad de PDVSA y la profundización de la condición de país exportador de materias primas. Para completar, andar cerrando medios de comunicación (por muy enemigos que sean) y expresar tales determinaciones de manera tan prepotente, son cosas que demuestran la poca inteligencia política del personaje y de quienes lo rodean y adulan.
Mientras tanto nuestro país vive un vacío de gobernabilidad aun más profundo que el que presenciamos en tiempos del gobierno Samper, quien cedía ante quien fuera en medio de la andanada de líos judiciales y políticos que tuvo que atender. Uribe capotea el cuestionamiento público de cada vez más colaboradores, de los que se le pegaron y de los que él mismo metió en cargos; responde a sus compromisos reelectorales con curtidas y voraces clientelas regionales y se deja mangonear de sus vecinos del Norte y el Oriente. Año inquietante este.

miércoles, diciembre 27, 2006

El fin está cerca

Hace unos años, cuando con pocos días de diferencia fallecieron Diana de Gales y la Madre Teresa de Calcuta, comentábamos entre tragos con un amigo que - si por esos días morían Sinatra y el Papa - era el momento de convertirse no fuera que se nos venciera el plazo. Me imagino que distintas personas de distintas épocas se hicieron una imagen mental muy singular del reparto de su mundo, de los que debían estar en la foto para la posteridad. La primera década del milenio parece cerrarse con la salida de escena de la inmensa mayoría de los protagonistas de duras rivalidades y prolongados conflictos. La generación de líderes que pacto y disputó el escenario de la posguerra, la fundación de la ONU, la OTAN, el Pacto de Varsovia; los artífices del fin de la última guerra entre liberales y conservadores en Colombia. Pienso ahora en los muñequitos del video de Phil Collins (Land of Confusion), de los cuales ya se ha ido uno que otro.
Este año se fue un personaje sin lugar a aguas tibias, el más audaz de todos los cobardes. En años anteriores abandonaron el mundo de los vivos personajes que moldearon el paisaje político del globo con consecuencias de largo plazo; gente que nació a la política en medio de la brutalidad de la Segunda Guerra y maduró con la experiencia de las turbulencias del mundo y la amenaza de la Destrucción Mutua Asegurada. Algunos grises pero célebres siguen vivos y escondidos. A otros les toca manyar que a su lado se prueban la ropa que van a dejar. Ya no están los que interlocutaron con DeGaulle y Eissenhower y Churchill, los que movieron los hilos de la situación de los misiles cubanos y se aguantaron las ganas en diversas situaciones en el Canal de Suez; los que no contuvieron su ira ni su ambición en tantos escenarios y oportunidades.
Un siglo atrás se evocarían reyes europeos, todos parientes, filósofos y caudillos de espada y caballo. En todo este sainete que enterramos ahora no hubo mayor intercambio de genes entre gobernantes, y la labor de los escultores va a ser más ardua cuando representen el arma de los líderes. En fin, la página del siglo XX ya casi reposa entera sobre las anteriores y se agota el tiempo para que escribamos con buena letra sobre la que sigue.

sábado, diciembre 09, 2006

Todo está en los orígenes

La andanada reciente de noticias acerca del proceso de paz de los paramilitares, los trapos sucios de los políticos y los dilemas del gobierno; han dado para que salga de nuevo esa vieja manía de justificar todo en el pasado o echárselo en cara al contendor. Allí la frase esa de la historia me absolverá sufre un giro gramatical más bien dramático: la historia absuelve de atrás para adelante gracias al tradicional recurso de la excusa.
Hoy el presidente manda a callar a sus críticos del Congreso descalificándolos por un pasado de violencia política y criminalidad y cuestionando su derecho a ejercer la política desde donde lo hacen. Mirando al pasado nos podemos de llenar de excusas en un sentido o en otro. Insurrectos contra el Estado, agresores contra la vida y la integridad de población y fuerza pública (haciendo cosas como disparar desde una avioneta en los Llanos), llegaron luego a cargos como Ministro de Educación, Alcalde de Bogotá o dirigencia de partidos a los que no echan en cara quemas de edificios públicos. De distintas insurrecciones y guerras civiles salieron funcionarios y nuevos protagonistas de las instituciones supuestamente confrontadas. Nuestro Estado se fundó en el levantamiento armado contra un orden, por parte de ilustrados que lideraron tropas variopintas, con sus desmanes y abusos.
Sin embargo el mundo no se queda quieto. Hace siglos que se le ocurren a la humanidad ideas que no ponderan la tradición sino que emprenden nuevas cosas. En su momento la idea de dar derechos universales a todo humano tuvo que ser innovación y alevoso atrevimiento. Alguna gente tuvo que convencer a los doctorcitos de que se lavaran las manos antes de atender a sus pacientes.
Las bestialidades cometidas alrededor del tratamiento del tema paramilitar, no se tapan invocando los males de los reinsertados de las guerrillas que hablan desde el Congreso. Son temas que se tienen que afrontar con madurez y responsabilidad. Yo no parto de la hipótesis extrema de Uribe como trasunto de la derecha cavernaria, como líder público de facciones extremas, ni como encarnación de Adolfo Hitler. Estas cosas trato de valorarlas con cabeza fría previamente. Pero el personaje no ayuda. Cuando se ha defendido una institucionalidad y una legalidad a punta de negarla, corromperla, violarla (con conciencia de lo que se hace, porque no se reconoce públicamente), se está ante un suicidio de la legitimidad, nada menos. La celeridad a recurrir al pasado oscuro (pero públicamente divulgado) de sus contradictores, es una muy mala señal acerca de la vocación democrática del dignatario.

jueves, diciembre 07, 2006

La verdad no os hará libres

Hoy se anuncia que la dirigencia formal del paramilitarismo amenaza con hablar si no se restituyen las comodidades retiradas hasta hace unos días. Lánguido viraje de una relación desventajosa para ellos mismos. Ya el Ministro de Defensa dijo que no importaba y que hablaran, que ellos juzgaban a quien toque. Yo agregaría que no va a pasar nada. Medio país no se escandalizará ni pedirá la cabeza de tan prestantes personajes. Otro tanto preferirá no creer en la palabra de los gatilleros, utilizados al fin y al cabo y desechados como una amante contratada por ratos.

jueves, noviembre 30, 2006

Para que vayan viendo

Sin ánimo de sugerir macabras conspiraciones tipo archivos X; dejo constancia de la divergencia de contenido editorial que noté hoy entre la versión impresa de El tiempo y la de su página web. En la Edición impresa de hoy, jueves 30 de noviembre de 2006, aparece esta columna. Quise comentarla en la versión web pero me encontré con esta otra, la cual tiene un tema afín. Lástima porque me parece una respuesta decente y pertinente al apologético engendro de anteayer.
P.D. 1 de diciembre. Me faltó esculcar en la sección de "Edición Impresa" de eltiempo.com. Aquí está la columna.

miércoles, noviembre 22, 2006

Lo tenaz es que es cierto

En este video, Gonzalo Valderrama cuenta con exceso de palabras y cierta inseguridad escénica algo que muchos compartimos (no así algunos comentaristas de eltiempo.com): "Soy Colombiano" es el jingle publicitario de un burdel, además de una proclama racista y antimoderna. "El Camino de la Vida" es una declaración prejuiciada que determina que la vida solo puede ser lo que rezaba el texto de Ciencias de Valecillo: "nacen, crecen, se reproducen y mueren". Cierto cejijunto nos remonta a los años treintas: "ama tu tierra, ama tu raza"...
Alguien me reclamó una vez: "qué queda si le quitas el lirismo al folclore". Bueno, seguramente nada. Los cantos vernáculos, los de mostrar en las presentaciones culturales de colegio pero jamás para amenizar fiestas, se componen de visiones simplistas y prejuiciadas. Si proyectaran valores modernos, debates responsables, si demostraran teoremas, pues no atraerían a nadie. Por eso Shakira puede cantar: "que contaminen toda el agua del planeta [...] pero que me quedes tú", versión glamorosa de "coma yo y coma mi macho, aunque aguante mi muchacho" y nadie va a ser tan bobo para plantearle el debate político, compañero.

domingo, noviembre 19, 2006

Un poco de pasado

Hoy publicaron una inquietante columna acerca de un tema que volverá una y otra vez de muchas formas. No solo el tema, sus protagonistas también han vuelto a las pantallas con diferentes atuendos, con convenientes omisiones o con descaradas justificaciones. Las noticias judiciales de la semana que termina son consecuencia de vacíos que dejaron los intentos anteriores por enterrar el asunto, como ya ha ocurrido en otras partes.
La Toma del Palacio de Justicia es el gran monumento a toda nuestra vesania, a nuestro culto a la sangre y al orgullo estúpido exhibido por primera vez ante tantos espectadores. La pretendida audacia, ya quemada y castigada, de los ejecutores iniciales (más la eventual fuente de financiación del operativo); el despliegue de torpeza y competencia homicida de los cuerpos comprometidos en la contratoma; todos los vicios del poder civil y las incoherencias de los políticos; la hipocresía irredenta de los medios tradicionales de información y sus huestes (más herederos).
Funcionarios negando hasta el cansancio que se hubiera desaparecido a detenidos vivos (sabiendo que eso está mal hecho y por eso no se debe aceptar), otros que justifican que los faltantes en las cuentas del asalto final (cuando se bombardea el baño donde quedaban los últimos rehenes y los últimos plagiarios, el Ejército no incluía en su estimativo a los empleados de la cafetería) habían apoyado la toma y por eso su muerte o desaparición no importaba. Recién el año pasado la dirigencia del M-19 reconocía la supervivencia de una militante suya que había participado en la acción. El mismo año que se autorizó la exhumación de cadáveres para determinar el paradero de los empleados de la cafetería, el abogado de tal causa (Eduardo Umaña Mendoza) es asesinado. Gustavo Petro se pone la camiseta de lo indefendible, con un tema que lo conmueve y que además es la excusa preferida, el recurso desesperado y miserable de sus contrarios en el parlamento, quienes lo sacan cada que él los deja sin argumentos. En últimas, aquí nunca pesará tanto derrotar un argumento, como descalificar a un contradictor. La controversia es entre reputaciones y alcurnias, no entre ideas.
Y la olímpica prensa, especialmente la televisada, hace sus especiales; ayuda a disimular las incoherencias de quienes hoy todavía pajarean en la política (hace años que no repiten la cara de achante de Noemí Sanín cuando la corcharon a la entrada de la Catedral Primada, días después del holocausto). Uno mismo ha visto cambiar sus propias cicatrices de aquella pérdida de la inocencia. El tema vuelve y todas esas memorias de la transmisión radial, de los noticieros de la noche, del vuelo de los helicópteros sobre el centro, de la humareda del incendio, del la desazón de alguien conocido a quien vi llorar a un allegado con la batalla aun sin dirimirse, de todas esas escenas y declaraciones - hoy presentadas como archivo - cuando las escuchamos y vimos por vez primera, de tantos rumores que circularon por mi ciudad, de la mítica pausa de Juan Gossaín después de confirmar una visión inconveniente, de libros, remembranzas, tesis, de insistencias y amenazas, de complejas empresas investigativas, de retorno de los rostros sobrevivientes en posiciones distintas,... Todo mezclado y reeditado, pero presente.

domingo, noviembre 12, 2006

Si yo fuera Kate...

... le exigiría que me lo repitiera mirándome a los ojos.

martes, noviembre 07, 2006

Quitarle el agua al pez

Desde que descargar decenas de MegaBytes en menos de una hora dejó de ser un lujo o una aspiración demasiado pretenciosa; un acceso permanente a Internet desde mi casa se volvió una necesidad básica. Los apremios de consultas a bases de datos, revistas, páginas de cursos universitarios, manuales de especificaciones técnicas de dispositivos, drivers, parches, actualizaciones de antivirus,... La mayoría requeridos a cualquier hora, especialmente aquella en la cual no se puede contar con un café.
Estoy advertido sobre el carácter mundial del problema del robo de infraestructura por cuenta del frenético aumento de la demanda china y la feria de precios altos de todo tipo de materias primas. Hace no mucho supe de las dimensiones del problema por los lados de Curramba. La semana pasada algo se comentó en El Tiempo. Informalmente me he enterado de acciones de este tipo contra la red de gas natural y sobre la implicación directa de agentes comerciales ligados con la importación de ciertos bienes desde la potencia nuclear asiática. Pedir que no compre de gallo a semejante bravucón es esfuerzo perdido. Endurecer las leyes para este delito, de manera acorde con la gravedad que representa el daño a infraestructura de uso común, más la afectación de la seguridad pública, es como todo lo que se legisla aquí; igual, matar también está prohibido.
Mi proveedor de servicio, la ETB, se encuentra en una dura encrucijada, pues su red de cobre es clave en la competitividad ante operadores frescos que asedian sus dominios dispuestos a todo. Si se le suman las horas de atender a clientes molestos e intensos como yo, el panorama exige salidas drásticas y urgentes. La situación no tiene cara de mejorar en mucho tiempo y ojalá no sea tarde cuando se tomen las medidas serias para afrontar la gravedad de que la infraestructura de la ciudad se convierta en bazuco, a cambio de emergencias por intoxicaciones, incendios, colapsos de telecomunicaciones, amén de las consecuencias económicas.

martes, octubre 24, 2006

Se delicaron ahora

Cuando uno lanza un panfleto bien lleno de provocación pues es para eso... Con seguridad que en el pasado he abusado de las palabras para calentar a algún contradictor. Tal vez haya habido un poco de mesura para no gastar los altos vocablos con los que "hablan los dioses y maldicen los hombres", como los llama Pablus Gallinazo. Pero yo creo que uno debe ser consciente de sus actos y sus modos y no ponerse con lloriqueos. Los cinco blogueros de "no jodás" han decidido impartir lecciones de sindéresis y todas esas virtudes de la discusión civilizada. Pero no rectifican ni matizan su primera provocación.

domingo, octubre 22, 2006

La censura

No sabía que al humo lo censuraban:"... para guardar fuentes radiactivas en desuso -como censores de humo y cápsulas usadas en radioterapia,...". (Fuente).

jueves, octubre 19, 2006

Quiero y no quiero

A propósito de este post de Julián Ortega en Equinoxio.
Son tantas cosas... Y mientras más vueltas les da uno más vacío se vuelve el asunto. La conclusión anticipada sí es que los tropeles son una experiencia negativa sin ninguna consecuencia provechosa. Cuando creé mi blog tenía presente que, cuando hablara de la Universidad, no caería en el lugarcomún de convertir el tropel en el gran protagonista y la razón de ser de la Universidad. Por supuesto, la efectividad de ese fenómeno para impactar la voracidad noticiosa termina por alcanzarle a uno el opinadero. Por ahí derecho termina uno hablando como 'gran conocedor' (la petulancia lo vende a uno), como me pasó alguna vez en el blog de Atrabilioso.
Mis fuentes en este tema son principalmente vivenciales, mi paso por la Universidad y el ambiente político de izquierdas en la primera mitad de los noventas y el intermitente diálogo que he tenido con parte de sus protagonistas a lo largo de mi progresivo distanciamiento de la faceta militante de la política. También testimonios del pasado y del después de mi contacto directo; estos los procuro diversos y con la edad he aprendido a escuchar más y a pensar sobre lo que escucho.
Yo conozco gente que, en olor de militancia juvenil del partido conservador, provocaba a la tropa en tiempos de Rojas Pinilla; sé de las pedreas de estudiantes universitarios y secundarios en los años treintas y cuarentas para entrar gratis a los teatros de cine en el centro; también un montón de chismes más puntuales y exóticos sobre quiénes eran los contestatarios y amigos del bonche en distintos momentos (el mismo Laureano Gómez fue líder estudiantil con líos disciplinarios y todo). Primera afirmación grandilocuente: para dedicarse a tropelero es casi obligatorio disfrutarlo. Por supuesto que hay excepciones, pero la sensación de una batalla casi medieval, librada en colectivo, tiene su retribución hedónica. Basta ver la cara de entusiasmo adolescente que muchos policías ponen, contagiados de la mística del ritual.
El tema de la clandestinidad es una gran falacia. Una capucha hecha con una camiseta no es más protectora del anonimato que la mascara del zorro, salvo porque por lo menos sí ocultaría el bigotico ese. El recuadro de ojos y cejas, la voz, los modismos, el caminado y la complexión son elementos familiares para quien lo ve a uno a diario. La supuesta complicidad pasiva de la multitud que no denuncia es también discutible. Una fracción lo hace, no solamente desde el anonimato; amén de quienes hablan en voz alta sobre estas cosas en buses y otros lugares públicos. Y también hay mucha gente que no se sabe ni el nombre del profesor que tiene al frente en la clase, sí que menos de los protagonistas de hechos a los que no asoma.
En cuanto a motivos y fechas... Realmente nunca había oído hablar de un tropel por el cumpleaños de tirofijo. ¿En cuál fecha cae? Normalmente los de calendario son una de las expresiones de ese carácter de la izquierda colombiana que consiste en mirar siempre al pasado (sus verbos favoritos son recuperar, recordar, rescatar, conmemorar,...). Normalmente, como en las fiestas, los más 'exitosos' (más participantes espontáneos, más heridos, más detenidos y más ocurrencias dañinas de las masas como destrucción de pupitres o incendios) son los que no se planean. Los de las fechas (en general evocadoras de alguna muerte violenta) normalmente precisan días de preparación.
Suena antipático pero la mayoría de los tropeles se hacen por hacerlos; haciendo del resto de la actividad política una preparación para esa gran experiencia orgásmica. Por la misma razón, semanas o meses de asambleas, reuniones de trabajo, discusiones y otras actividades activistas terminan desembocando en una situación que cansa, a veces se goza, pero clausura todo lo demás. En la agenda de los grupos armados, los tropeles son un escenario interesante para la propaganda, pero muy moderado para los apremios de reclutamiento de cuadros militares y acciones de choque.
En una comunidad con más de treinta mil miembros ocurren muchas más historias y tragedias que las tradicionalmente divulgadas del activista que solo quería lanzar una opinión y pagó caro su humilde atrevimiento. Gente metida en peleas pasionales, secuestros, líos de plata, malos momentos en salidas de campo a zonas delicadas del país,... De hecho el record reciente de la Universidad debe analizarse en su contexto local sin caer en la tentación fácil de asociarlo planamente con hechos ocurridos en la Costa, Antioquia, Valle, Nariño u otras regiones. Porque mientras una amenaza en Medellín (qué día recordé el veto que hubo en los ochentas a "Money for Nothing" de Dire Straits) tiene una tendencia natural a cumplirse , muchos de los casos manidos en la Nacional de Bogotá tienen sus vicios. Por un lado, en los últimos diecinueve años los eventos sicariales que han ocurrido en el campus (por fuera de tropeles) no son atribuibles al Estado ni a la derecha en armas; por otro, los asilos políticos que se han tramitado hacia Canadá y Europa se han rodeado de una discreción que mejor dicho no sigo.
Me temo mucho que hay una recreación de la fábula del pastorcito mentiroso detrás de algunas de las amenazas divulgadas en meses anteriores. Sobre la relación del paramilitarismo con la Universidad hay facetas muy complejas de describir y no las voy a tocar en esto que ya se pasó de extensión. De la política de las Farc solo puedo decir que hace muchos años esa organización es - como diría un locutor de Fox Sports - un ejpónsor. Por un lado esa máxima de si no te queda tiempo para hacer la política, cómprala hecha (cabe financiar un movimiento neonazi, si lo solicita); por otro está la obsesión con su flashback bolivariano (les dio ahora porque la contradicción del momento es si Bolívar o Santander, en serio). El último tropel no fue orquestado por grupos guerrilleros, pero sí hubo despliegue de la costosa propaganda (policromía sobre papel esmaltado y fotos de comandantes farianos) de los que pintan al militar venezolano y de vez en cuando queman buses del expreso tocayo en el occidente del país.
Son muchas cosas y, cuanto más exhaustivas, más vacías. Por ahora corto.

miércoles, octubre 18, 2006

Las horas de aclarar

Hace cuatro días apareció en el espacio de blogs de El Tiempo una entrada llena de resentimiento, ignorancia y mala intención, a propósito de una calificación que hizo el Rector de la Universidad acerca de una inspirada declaración del vicepresidente Francisco Santos. Llegué allí por un enlace del primer pantallazo del sitio del periódico, se trataba de una noticia destacada y parecía ser la primera entrada de alguno de los nuevos bloggers de la sección de participación de los lectores. Como conocedor del espacio juzgado, no tardé en molestarme por las ínfulas de documentación que el autor (sin perfil y sin cara, a diferencia de otros de los participantes), quien firmaba 'soyfranco' se daba para adornar su diatriba. Pasajes de comunicados de rectores de los noventas y de la carta de los profesores al comando central del Eln (cuando cierta explosión sacudió la casa de la familia de Antanas Mockus en el barrio Quinta Paredes) fueron presentados al estilo de lo que uno conoce como el pensamiento político de Simón Bolívar, esto es, frases sueltas citadas fuera de contexto y acomodadas para cualquier interés.
Párrafo tras párrafo se presenta una historia (comenzada misteriosamente hace solo quince años) marcada por esos pedazos de textos, mal conectada con acontecimientos que no corresponden o que simplemente no fueron investigados. Lo otro es la persistencia de la frase coloquial que da nombre al blog: "¡No jodás!".
El tono general de la entrada es de arenga política, de las más violentas, de las que se lanzan para incitar a quemar un edificio o a linchar a un contradictor. La seriedad y la documentación solamente se fingen, tomando a uno que otro incauto por la cresta, como les pasaba a aquellos que hace unos años salían de las clases de Abelardo Forero diciendo "ese man sabe mucho, mucho, mucho, g'on".
Hoy, 18 de octubre, cuatro días después de la publicación enlazada desde la página principal en posición privilegiada; 'soyfranco' se quita la capucha y diluye su altanería en cinco nombres con una extraña advertencia acerca de la falta de unanimidad en el equipo. Para completar, los sujetos se presentan como periodistas de El Tiempo y eltiempo.com y llaman a su incendiaria práctica: "... motivar la reflexión y discusión sobre temas cotidianos y que afectan a todos los colombianos".
Yo escribo sobre estas cosas a partir del heteronimato, así comenzó este espacio y posiblemente siga siendo esa la situación. El Tiempo convocó hace unos meses a los lectores a participar y es muy desagradable encontrar que la misma empresa utilice ese escenario para permitir a funcionarios suyos un canal de expresión irresponsable, cuyas malas artes empiezan por resultar achacables a un participante ciudadano, cuando en realidad son propaganda política surgida en el seno de la propia casa editorial. Quiero que esta entrada desemboque en discusión, así no sea en mi sección de comentarios.

viernes, octubre 06, 2006

Siglas

A veces a los latinoamericanos les da por federarse y tienden a bautizar a sus organizaciones con siglas comenzadas en fela, como la protagonista de este evento. Así hay uno de los estudiantes de antropología (Felaa). En una versión a la cual asomé (no es mi gremio) el nombre resultaba emblemático, pues su más recurrente orador mostraba un obsesivo apego al micrófono.
En su momento fueron famosas las siglas de la Corporación Universitaria de la Costa Atlántica y de la Corporación Universitaria de Ciencias Agropecuarias, las cuales terminaron por cambiar sus nombres.
Hay unas que tienen su faceta especial entendidas en inglés. En Colombia existió hace muchos años una Federación Universitaria Nacional (FUN), cuyo final no fue nada divertido. La que más me intimida, por razones de salud, es la Sociedad Colombiana de Anestesiología y Reanimación (Scare). Aun sin cicatriz asusta.

sábado, septiembre 16, 2006

Mis referentes

Por allá en los años setentas yo no me afeitaba, usaba pantalones botacampana, tenía un notorio afro y me la pasaba protestando como un niño chiquito. De todos esos movimientos sociales y aventuras ideológicas, que conmovían al mundo por entonces, ninguna me legó tanto como la de cierto artista barbudo, quien creía en la palabra cooperar y en la fraternidad. Aquí, dos de sus voceros, en una clásica presentación:

viernes, septiembre 15, 2006

No es ningún juego

Un pasaje inolvidable de la vida política de Germán Vargas Lleras, nieto favorito de Carlos Lleras Restrepo, fue la de golpes que le dio a uno de sus conductores ante varias cámaras de televisión, al mejor estilo de su indómito abuelo. Hoy, como figura prestante de una de las facciones más importantes del actual gobierno, es una de las voces más fuertes que tiene esa tendencia política; además no se ruboriza para exigir su participación en los cargos que su colectividad considera merecer en el reparto de funciones.
Durante el presente gobierno, se han conocido dos atentados realizados contra su vida y tal vez aun más solo planeados. Para el segundo, el congresista no tuvo ningún reparo en comentar públicamente las sospechas que había acerca de la autoría, no hacia los sospechosos de siempre, sino hacia miembros de la Fuerza Pública. En medio de la campaña presidencial de 2006, aunque su partido fue conspicuamente gobiernista, Vargas no avaló la calumniosa, rastrera e irresponsable sindicación que el frívolo Juan Manuel Santos, hoy Ministro de Defensa, hizo contra Rafael Pardo Rueda. Hoy, ante el escándalo aun sin aclarar sobre la escalada terrorista previa a la posesión presidencial, vuelve a los micrófonos a comentar sus sospechas acerca de las andanzas de ciertos uniformados y a disonar con las ficciones de 'Bart' (como lo apoda Osuna).
De una primera reacción en la cual se anunciaban investigaciones y consecuencias, se pasó a la negativa con rutinas retóricas muy manidas en el pasado. La oportunidad de demostrar con claridad que quienes gobiernan no van a ponerse con actos tipo incendio del Reichstag se está desperdiciando absurdamente.

domingo, septiembre 10, 2006

¡Tan bacano!

Un grupo de MIT anunció que le pegó a una forma de sacar hierro por electrólisis. Sin carbono, sin producir anhídrido carbónico, solo hierro, oxígeno y calor. Inmediatamente recordé el macabro aspecto del atardecer de la salida norte de Sogamoso, el cual supera a la más oscura visión futurista tipo 'Terminator'. Eso es lo que yo llamo usar la cabeza para algo más que impedir que el cuello termine en punta y la plata para cosas definitivamente nada banales.

jueves, septiembre 07, 2006

¡Qué terror!

Resulta que la supuesta oleada terrorista, previa a la posesión presidencial, fue un montaje, como lo divulga El Tiempo. De esas cosas uno ya no se sorprende. Tampoco es como para apasionarme. De alguna manera tiene que ser positivo que las instituciones afronten la noticia y no la tapen por vergüenza como se estilaba. Es notoria otra situación: los sospechosos de siempre, las Farc, no desmintieron públicamente su autoría en estos hechos, o por lo menos eso no se supo en grandes medios. No entro en páginas de grupos así por higiene legal e informática, pero según me han contado gomosos, a esa gente no le interesa desmentir nada, menos si se trata de algo que le haga más fama de matona e intimide más.
El asunto, de profundizarse la investigación, puede ser muy complicado. La complejidad de estos montajes, en medio de un operativo tan sofisticado como el que realizaban las autoridades por esos días, debió contar con la complicidad activa o pasiva (por estolidez) de muchos uniformados. El gobierno debería preocuparse por desarrollar el tema hasta las últimas consecuencias, puesto que la falsedad asociada a las noticias de los logros de su estrategia de seguridad, particularmente en el evento que se supone que fue la prueba de fuego, necesariamente lo salpica.

jueves, agosto 31, 2006

Donde la séptima cae en desgracia

Hace unas semanas me quejé de la cara real de la más ostentosa de las localidades bogotanas. Hace poco la volví a visitar y disparé unos cuantos intentos fotográficos desde mi privilegiada posición en el bus que para va de La Inmaculada al Perdomo. El movimiento del vehículo malogró la mayoría de las fotos. Rescato este par, donde se ve parcialmente el aspecto de los barrios de ladera y la zona comercial con moteles y todo; y un detalle del cuadro feo de las canteras.
Alojamiento por cortesía de photobucket.com
Alojamiento por cortesía de photobucket.com

miércoles, agosto 23, 2006

Reyes consulting

Las Farc son una institución, en el sentido de su persistencia en el tiempo y en su organización interna, su disciplina y la obligación de sus miembros de adorar el carácter sagrado del aparato. Como protagonistas del régimen, como una de las más perniciosas influencias de nuestra política y nuestra economía, tienen también rasgos típicos de ciertas empresas familiares, con sus delfines pintorescos e incompetentes. Su cara política y su burocracia interna están llenas de homólogos de los más abyectos personajes del otro régimen, el de la [otra] política tradicional.
Allá adentro también tienen sus Turbays, sus Bedoyas y sus Ponchos Renterías. Difícilmente autorizan que su Noemí Sanín saque el clásico gesto de "si no sabes la respuesta, sonríe"; pero sus Pachos Santos, su Jorge Alfredo Vargas, sus Pretelts, etc.; no se aguantan las ganas de pelar el cobre, menos si tienen al frente a alguna de esas mataharis del micrófono, capaces de cualquier acrobacia para hacerlos cantar.
Pero sin duda el trasunto de la torpeza y la corrupción estándar del político 'fariano' es su vocero, A. 'Raúl Reyes'. El exgerente de oficina bancaria, repetidor indolente de las clásicas fórmulas recomendadas para la militancia; como no responder por las cosas sino desviar a la maldad del contrario, o quedarse callado y mirar con cara de claymore a quien lo corche. Reyes es un recitador, no un interlocutor con quien se pueda interactuar. El rictus del sicario, que se sabe diciendo frases cargadas de amenaza y prepotencia desde la impunidad de su cargo.
Lo más grotesco del caso es la manía que tomó la prensa de tomar sus declaraciones como verdades certificadas. En un solo año vimos un video con cortes de edición, presentado en el noticiero CM&, donde Yamid Amat fingía entrevistarlo en directo desde un estudio y el tipo derramaba sus arengas sin ninguna voz que lo controvirtiera, tal como en el monólogo más sonado de este período; también la declaración de Jorge Enrique Botero, defendiendo su chisme sobre el embarazo de Clara Rojas, "Raúl Reyes me lo dijo mirándome a los ojos". Para rematarla viene una nota de El Tiempo, basada en lo que AFP le contó en español sobre un artículo en francés, a sugerir que la palabra sin compromiso ni credibilidad de semejante personaje, da para ser asumida como prueba de supervivencia de Ingrid Betancourt. Una omisión así de chiquitica: Le Figaro incluye la opinión del comité de apoyo a Betancourt acerca de qué entienden ellos como prueba de supervivencia.
Que se agarre bien fuerte Price Waterhouse, porque la credibilidad de este badulaque parece estar en un plano de infalibilidad que va a destruir su modelo de negocio.

viernes, agosto 18, 2006

¿Al fin qué?

No termino de entender la farragosa explicación de un proyecto de ley que busca obligar a las personas infieles a aportar en el servicio de salud de sus amantes y participarles de su pensión.
Según el ponente es para liberar un montón de cupos del régimen subsidiado. Luego aclara que no se trata de promover la infidelidad, pues los aportes harán más difícil ocultar la felonía. O sea que no serán tantos los cupos que se liberen. Más bien se corre el riesgo de que, ante los costos adicionales del adulterio, se den adioses en cantidad suficiente para hacer colapsar el sistema de salud en general.

jueves, agosto 17, 2006

Esas nubes oscuras

Hace como una semana vi un atardecer bien raro. La clásica tonalidad rojiza de ciertas épocas del año enmarcaba unas nubes densas y oscuras. Mi cámara no da más y a esa hora la luz artificial se entrometió. Esto fue lo que obtuve:

Alojamiento por cortesía de photobucket.com

lunes, agosto 14, 2006

El cartón

Será porque se supone que es un tema que a uno le interesa que uno se aguanta leer las anodinas columnas de Guillermo Santos Calderón en la sección editorial de El Tiempo. También porque se supone que, siendo esa casa editorial tan importante empresa de medios y dueña del portal quizás más importante del país en Internet, toca estar pendiente de las posiciones del supuesto experto y especialista de la familia. Ahora se le ocurrió la gran idea de llamar teoría suya a una vieja propuesta que, aunque no tiene presencia formal en Colombia, aplica de hecho en la vida profesional y en otros países hace parte de la reglamentación de muchos gremios.
En Estados Unidos la licencia profesional de un ingeniero está supeditada a la presentación de pruebas quinquenales de conocimientos, con posibilidad incluso de ser devueltos a las aulas, precisamente porque se ha puesto en cuestión su capacidad de autoaprendizaje. El mercado mismo descarta a muchos por el tiempo transcurrido desde su grado y por su falta de actualidad. La columna es tan baladí que parte de la pregunta extrema acerca de la validez de un título de ingeniero del año 67. Los comentarios traen de todo pero evidencian el flojo conocimiento que tiene Santos acerca del mundo práctico que viven los egresados de la misma profesión que él tiene (Ingeniero de Sistemas, por allá de los setentas).
En últimas, es un tímido arañazo a una cosa que hace tiempo está cuestionada de facto: la infalibilidad del cartón, del título, como fuente de credibilidad en la calidad del trabajo profesional. Pero la solución no puede ser la expansión alegre de requisitos para que las instituciones educativas se ataquen a ampliar su portafolio con malas ofertas de venta asegurada. Hay que incrementar el ambiente de competitividad y formar a los que vienen en la disciplina del aprendizaje permanente, del contacto interdisciplinario y la práctica real de la innovación tecnológica, no la simple recitación de lugarcomunes como los que habitan la columna que hoy comento.

miércoles, agosto 09, 2006

Un Verano en Bogotá

Aquí no hay estaciones, pero se puede ver un sol así de intenso a las 20:15 por cuenta del descuadre del reloj del transmilenio.


Alojamiento cortesía de photobucket.com


En realidad eran las 13:15, pero aprovecho esta visión pasajera del verano de los trópicos para celebrar que se realice una nueva versión del "Festival de Verano". Tal vez esté corto de tiempo para atender eventos, pero me complace que haya quien todavía apueste a una ciudad para ver y tocar y gozar. Hace dos años gocé con Los Van Van y el año pasado asistí al concierto de Vicentico; no sé cómo vayan a clausurar, pero el evento del carnaval va a empalmar con "Salsa al Parque" y no me puedo perder al legendario Henry Fiol.

martes, agosto 08, 2006

Esta es la política

Lo más brillante que he escuchado en boca de un deportista.

lunes, agosto 07, 2006

Sobre Fidel

Caballo está enfermo y, como en la canción de Santos Discépolo, ya algunos se prueban la ropa que va a dejar. Ahí es donde se dan cuenta literalmente de la talla de lo que quieren reemplazar. La dirigencia cubana se debe estar dando un festín informativo con la cantidad de peladas de cobre que salen por todas partes. También actúa con prudencia, porque sabe muy bien lo que hay en juego. Desde afuera, suenan duro los anuncios sobre el retorno de la democracia. Quedando tan pocos testigos de la última contienda electoral como se concibe en otros países, vendría a ser la implantación de esa forma de elegir los representantes. Esas cosas no funcionan tan de la noche a la mañana y la formalidad política es apenas uno de los problemas.
Con una de las más cortas carreras poscoloniales en el continente, Cuba tiene muy poca experiencia en el modelo de democracia liberal occidental. Dictaduras y caudillos de largo aliento han primado en el corazón político de los cubanos. Manejar el gobierno se ve como cosa de mayores, de seres de leyenda. Cuando pregunté a militantes comunistas sobre qué venía después, no me respondían y más bien rogaban al altísimo que ese momento nunca llegara. "Él es la unidad de los cubanos y si no está quién sabe para dónde vamos". Cuando hay un papá que se encarga de tener todas las ideas y de asignar las tareas correspondientes, algunos se malacostumbran y no tienen cómo imaginarse un después. Y no fue solo la manía comunista del culto a la personalidad la que lo llevó a ese papel de todopoderoso imprescindible. En parte también se debe a esa tradición caudillista y a la obsesiva guerra personalizada de sus adversarios. Un éxito de timba, censurado por el régimen, decía que había que conseguir un palo para darle al 'mango'.
Mientras sus detractores dedicaron décadas y dólares a destruir su imagen y conspirar contra su cuerpo, se consolidó un sistema, lleno de vulnerabilidades pero con un montón de gente organizada para respaldarlo. Gente que no fue como él, moldeada por esa historia personal del hijo de un rico ganadero, educado por jesuitas y luego partícipe de la política estudiantil universitaria; rápido en compensar el desdén de sus amigos norteamericanos con sucedáneos ultramarinos y curtido negociador. Allá dicen que él es digno representante de los orientales (los de las provincias del Oriente de la isla): gran conversador, engatuzador, carismático. A veces sin hacerse entender fascinaba, no descartaría que no haya perdido tal don. Los que siguen son funcionarios en el sentido más práctico de la palabra. Son ruedas de engranaje, sin ganas de brillar, pero disciplinados militantes (tanto que no ven mucho más allá de su función).
Pienso que Cuba paga duro el precio de su disfuncionalidad con un mundo difícil de evadir. Eso tiene que afrontarlo. Las conquistas sociales tienen muchos atenuantes en su soporte orgánico. Salud gratis sin suministro completo de medicamentos (gratuitos aunque de muy difícil importación, pero misteriosamente disponibles en los 'shopping' a precios internacionales, es decir inalcanzables para el ingreso normal de un empleado de allá; también de acá, no la vengamos a montar de primermundistas). La educación tiene sus limitantes. A mí, como habitante de un país mucho más liberal en esas cosas, me alcanzan a asfixiar ciertas intromisiones presidenciales en temas académicos; allá me sentiría mucho peor.
Curiosamente, aquellas facilidades de la vida moderna que disfruto en Bogotá, que sin ser de clase alta puedo ver acá como no podría en Lima; aquellas comodidades y necesidades propias de mi estilo de vida que me hacían decir no hay, no veo, aquí no tienen... contrastaban con las cosas que colombianos mucho más pobres que yo notaban que sí había. Las privaciones de la gente necesitada de nuestro mundo rural en depresión y de ciertos cordones de miseria (especialmente en Bogotá y Montería) llegan a extremos que hacen parecer nórdico al más infortunado cubano.
Ciertos funcionarios cubanos decían que la mejor solidaridad con su revolución era que uno hiciera la de su propio país. No ando interesado en hacer revoluciones, pero ahora que lo veo el mejor aporte que uno podría hacer a la democracia y a la inserción exitosa de Cuba en el concierto mundial es trabajar por la productividad y el desarrollo democrático del país de uno. Como tantas obsesiones benefactoras, termina uno entendiendo que para dar sí es importante tener.

domingo, agosto 06, 2006

Oh, Capital... mi Capital

Antes de acostarme quiero decirle feliz cumpleaños a mi amada ciudad, a la que vi por años plena de luces desde el penthouse de la ciudad. No uno de esos del norte, pobres en amplitud, sino desde el fresco suroriente, donde los barrios tienen nombres chéveres como La Gloria, La Victoria, La Belleza y Atenas. Allí donde tuve la fortuna de pertenecer a la última generación que vio más o menos limpia la Quebrada La Nutria y viví una infancia llena de sonidos populares, películas mexicanas, y donde llegué a consagrarme entre familiares y amigos con mi inspirada versión de "la de la mochila azul", el memorable éxito de Pedrito Fernández. Intentos colectivos de suicidio en carros de balineras como solo se viven en un barrio de ladera, banquitas con pendiente y cross country. Canciones de Leonardo Favio, de Vicente Fernández, de Diomedes Díaz, Abba, Kenny Rogers y la inolvidable Cucharita de los primeros Carrangueros de Ráquira.
Una vez me llevaron a ver un circo ruso en el Coliseo El Campín, ese que ahora solo se usa para el culto y eso era peregrinar al norte; de paso se vivía la exótica experiencia de comer Pizza en la 30 con 53, en un local de la desaparecida Pizza Nostra. De hecho cuando íbamos al Sears yo sentía que era ir como a Nueva York, porque allá estaban todos los juguetes que uno veía en la televisión pero no en el comercio del barrio. Incluso vi una cosa que nunca se borró de mi memoria, tanto que cuando voy al Casa Estrella de Galerías recuerdo muy bien en qué parte lo exhibían: el computador Sinclair, hito legendario de la carrera por el computador hogareño comprable. De hecho, esa es una obsesión sobre la cual pienso volver. Por entonces pasaban en televisión colombiana a Mazinger Z, del cual me perdí muchísimos capítulos por el racionamiento de energía del 81; no así con "El Último Mohicano", miniserie que desencadenó mi carrera por leer las novelas de aventuras básicas, clásica iniciación de mi carrera como lector... Y llovía y llovía.
Esa Bogotá permanentemente nublada, gélida, lodosa; se fue llenando más y más de excepciones soleadas, al punto de hoy presenciar escenas exóticas como venta de gaseosa helada en los semáforos. Los niños no usábamos pasamontañas y solo cubríamos la cara para jugar a los pistoleros (bueno, cuando la toma de la embajada en mi barrio se jugaba a los guerrilleros, pero eso rápidamente dejó de ser divertido) o a los ninjas. Luego vino la edad de recorrerla más, de ir más seguido al centro, de esperar bus en la Décima con Jiménez en actitud paranoica, de hacer septimazos; de salir de paseo por la Sabana y ponerse cita en uno de los puentes numerados (el primero, el segundo y el tercero) de la autopista norte. De conocer y habitar la Biblioteca Nacional y la Luis Ángel (hacer una cola imposible para entrar a la una y ver cerrada la otra durante el 89-90, qué sequía de año).
Lástima que cierta gente decidiera usar la fecha natal de mi ciudad para descargar su 'little boy' y arrancar doscientas mil almas de Hiroshima; para mí es imposible separar los dos sucesos. Para mis adentros quiebro una lanza...
Feliz cumpleaños, amada capital.

sábado, agosto 05, 2006

Manipulación

Ayer comenté las características extremas de perversidad que la noticia sobre la bomba de Cali traía. La edición impresa de El tiempo trae la aclaración sobre el papel de James Fernández Sandoval en el atentado. Es decepcionante que en medio de semejante situación tan monstruosa aprovechen los artífices de la propaganda para manipular las emociones de la gente. La veracidad del escenario de un civil manipulado o engañado por las Farc para ser llevado como mula al lugar de la explosión es plausible. De hecho la sola idea de poner una bomba para herir, matar y destruir es por sí misma condenable, sin atenuantes. Pero no hay derecho a mentir de esa manera, aprovechando la lógica reacción de rechazo que asiste al público.

viernes, agosto 04, 2006

Qué semana

Esta semana corrí por mi vida. No en el sentido dramático del inminente riesgo, sino por el de ciertos apremios que pueden ser estratégicos para la realización de mis aspiraciones profesionales y vitales. Estoy muy agotado, pero creo que las cosas tienen buenas probabilidades de salir, eso me permite caer dormido con una sonrisa.
Viene fin de semana con feriado, el puente del 7 de agosto con posesión presidencial. El día de cantar ese himno ignorado por muchos, el de "saludo adorada bandera que un día...". En la primaria vestí alguna vez de soldado criollo y un hermano mío hizo de español, más vistoso su disfraz, por cierto; aprendí un pasaje del libro de historia - el cual tenía que leer en el acto solemne - para sorprender a los profesores repitiéndolo de memoria. A esa patria heroica la quise, la admiré a pesar de no ser sus batallas tan vistosas como las de Sankukai (aquí más).
Pasaré un fin de semana no muy callejero, debido al blindaje de la ciudad, el cual hará incómodos y lentos los desplazamientos. En un post anterior comenté con sorna el asunto de la ley seca como medida de seguridad antiterrorista. Me ratifico, pero me siento muy molesto por ese asunto de las bombas. La imagen de ese señor, estallado junto con el vehículo, llevado a la muerte como mula, me llena de rabia y decepción frente a las formas tan perversas que pueden tomar el orgullo y la estupidez. Aquí nadie está para atentados suicidas. Bien podemos ser los colombianos unos amigos irredentos de la vida riesgosa, algunos gozadores de la velocidad y el asedio de la muerte, otros impávidos ante cualquier amenaza o perseguidores de venganzas atizadas por la pasión más insana. Pero nadie aquí bota su vida de esa manera; solo homicidas dispuestos a romper cualquier límite, siempre y cuando sea con la vida de otros, pueden estar detrás de una monstruosidad así. La gerencia de la masacre, con sus metas y sus presiones, alimenta con la sangre de cualquiera su imbécil leviatán de odio y sectarismo, solo para que caiga sobre ella multiplicando la sinrazón.

domingo, julio 30, 2006

Pacho Santos

El Tiempo es el periódico de mayor circulación en Colombia, el que más pauta publicitaria vende y la cara principal de una poderosa empresa mediática, con gran influencia en la política de la ciudad de Bogotá, donde se mueve la tajada principal de la economía nacional. Tras la debacle financiera de su único competidor en la escala nacional, el aun más antiguo El Espectador (víctima de la guerra que le hizo Pablo Escobar Gaviria asesinando a su director - Guillermo Cano - impulsando un veto de anunciantes acatado por muchos de los guardianes actuales de la moral y objeto de un salvaje atentado con bomba; luego rematado por las erróneas prácticas administrativas de los herederos), quedó sin contrapeso en su escala de influencia. Los apellidos Santos y García-Peña están asociados con columnas editoriales que han sido vistas desde hace décadas como las portadoras de la línea del establecimiento, de los caminos que debe tomar la política.
Desde la década de los setentas y hasta bien entrados los noventas la capitanía del diario estuvo en manos de los hermanos Enrique y Hernando Santos Castillo, quienes determinaban al detalle cada contenido de ese medio, llegando incluso a prácticas corruptas como la modificación del texto en una caricatura, sin siquiera consultarlo a su autor (así terminó la época del caricaturista Vladdo en ese periódico). La nueva generación de los Santos ya escribía. Enrique Santos Calderón venía de dirigir la revista Alternativa, hito de la prensa izquierdista en Colombia y obsesión crónica de algunos, mientras su columna "Contraescape" representaba la nota disonante de la línea familiar, aunque fue llegando a una convergencia óptima con padre y tío para el momento del relevo (uno de los dos decidió morir castrista). Rafael Santos y Guillermo Santos, buenos seguidores de la línea de los viejos, también sacaban sus notas sobre política y sobre el negocio de la tecnología (bueno, artículos sobre cómo quitarle la protección contra escritura a un disco flexible o cosas así de elevadas) respectivamente. Juan Manuel Santos, pésima pluma, comenzó su carrera de político, la cual ha sido exitosa siempre y cuando él no sea el candidato a nada. Pero faltaba uno, el que se suponía que solo servía para gastarse la plata de la familia en rumba y consumos colaterales, el que nunca sonaba por sus escritos.
Francisco Santos Calderón, el de la voz chillona y el tonito altanero de gomelo del norte, siempre alterado y con síndrome del conejo. Se volvió importante cuando fue secuestrado por "los extraditables", aparato armado del Cártel de Medellín. A diferencia de Diana Turbay, fue uno de esos secuestrados ilustres que Pablo devolvió vivos de manera incruenta (como con Andrés Pastrana Arango, quien - investido de heroísmo mientras se opacaba el horrendo asesinato del Procurador General Carlos Mauro Hoyos - salió del secuestro a ganar la primera alcaldía por elección popular en Bogotá). En la larga entrevista de una página publicada por El Tiempo cuando lo soltaron, 'Pacho' relataba que el día de su rapto preguntó a uno de los secuestradores si eran del narcotráfico o de la guerrilla, a lo cuál el tipo le contestó que cuál prefería; el narcotráfico, contestó.
Luego vino su gesta en el activismo contra el delito del secuestro, la creación de la Fundación País Libre y la primera ley de iniciativa popular (si mal no estoy, la única) expedida por el Congreso. La dura ley, que ataba las manos de los familiares de los secuestrados para pagar rescates, terminó por caer. Sin embargo, el mejor momento del éxito político de Santos vino en la segunda mitad de los noventas. La imagen de su ONG como el negativo de aquellas de derechos humanos que solo veían las barbaridades cometidas por el lado del Estado y sus colaboradores, fue transformada por una actitud flexible en algunas discusiones y actos concretos. En una seguidilla de marchas que se realizaron en varias ciudades en 1997, la postura oficial de los organizadores era que no solo se protestaba contra el secuestro sino contra otras modalidades de privación ilegal de la libertad, fueran causadas por grupos armados ilegales, delincuencia común, agentes estatales o autores desconocidos.
Yo estuve en la que se hizo en Bogotá y, aunque había arengadores de la postura ultraderechista, lo que se vio en la tarima fue un ejemplo de ponderación. Un sacerdote de la Catedral Primada hizo una intervención muy sensata que anuló el efecto propagandístico que oportunistas como Pablo Victoria querían darle cuando gritaban hacia donde estaban las pancartas de Fedegan (que era donde yo estaba). Hubo intervenciones de familiares de víctimas con distintos tipos de victimarios. Secuestrados por la guerrilla, familiares de Alfonso Cano secuestrados por paramilitares, plagiados por la delincuencia común, desaparecidos por fuerzas del Estado y el terrible rapto de una menor de quien no se sabía nada. Yo estaba impresionado por la altura y la claridad de los organizadores, pero Pacho la regó, como dicen en México. En su turno de palabra dijo que tenía un mensaje para quienes decían que la sociedad civil no existía o no servía para nada: que esa marcha ya había obtenido el primer resultado. Dijo que lo acababa de llamar Carlos Castaño al celular, que no sabía cómo había obtenido el número (bueno, para que supiera que no era una pega, mínimo lo tenía en sus contactos), pero que como una forma de saludar esa manifestación había decidido liberar a los familiares de Cano.
A pesar de haber opinado varias veces de otra manera, Santos se vinculó a la campaña de Álvaro Uribe a la presidencia, lo cual le generó cierta distancia pública con algunos de sus familiares en el periódico. Su tono alterado, que debe mantener con el Cristo en la boca a su cardiólogo, ha sido recurrente cuando emprende guerras santas contra los detractores del gobierno. Ahora que lo pienso, he visto más inteligencia en las subidas de voz y jugadas pendencieras del propio Uribe. La vez que paró al tipo de AI en España fue de quitarse el sombrero, incluso Carolina Barco se lució. Pero Pacho parece que no es como ciertos tartamudos que conocí, brillantes para el lenguaje escrito como compensación. Su mediocre prosa escrita no es complementada con habilidades oratorias ni argumentativas. Su último lapsus linguae es de antología y por eso escribo hoy acerca de él.

sábado, julio 29, 2006

¡Qué calor!

Vagando por la blogósfera encontré un enlace a un sitio muy singular. Bueno, en realidad varios lugarcomunes de los corresponsales de guerra que vienen por aquí, pero no deja de ser interesante mirar el material.

Guayabo

La verdad ni en mis tiempos de rumba viví en serio el malestar post borrachera, guayabo, resaca o chuchaqui, como lo llaman en quechua. Me refiero al otro eufemismo por guayabo, el que asocia el epílogo de la juma con desamor, con insatisfacción, con aburrimiento. Me inspira esta situación la experiencia de la noche anterior. Visité una zona de Bogotá por donde no pasaba hace por lo menos veinte años, el entorno de la séptima como con 170, hospital Simón Bolívar y colegios con nombres alusivos a tormento de religiosa. Por viejos resabios ideológicos, de esos que se dejan pero que persisten en el acento, uno tendía a pensar que la ciudad vivía el abandono en su extremo sur y que el norte era todo cuidadito y pinchado. Obvio que ya hace años sabía de la degradación del espacio en la esquina nororiental, por los boquetes de la explotación minera y las consecuencias geotécnicas de la misma combinada con la deforestación y la urbanización irracional de las laderas; pero me sorprendió el contraste entre ese ángulo feo de la pomposa localidad de Usaquén con la faceta ostentosa. De hecho vi ambas cosas como siendo tan parte de lo mismo; en particular uno de los límites, donde el baldío mal tenido del entorno de una cantera empalma con un par de estrafalarios edificios, de esos con vidrio de espejo; caros pero igual de feos a los barrios de la loma.
El abandono del entorno es patente, la ausencia de andenes bien cuidados, de semaforización adecuada, la forma tan veredal de comportarse los policías (vi una camioneta de la policía desembarcar a unas seis colegialas a las cuales llevaba en el platón, en plan no propiamente legal). Nada que ver con el mito de la "ciudad que queremos", la que "encontró su camino". El actual proceso de desarrollo de esa localidad es un nuevo capítulo de la mentalidad corroncha* que tanto transformó la cara de muchas ciudades intermedias y de la misma Cali, diez o quince años atrás. Es el legado de las urbanizaciones sin urbanismo y sin urbanidad.
La noche fue rematada por una peregrinación al centro solo, fantasmagórico. Último viernes del mes, pero como que no pagaron. Para completarla, viví la angustia de la pobre provisión de buses del inefable transmilenio sobre las horas de cierre del sistema. Una auténtica desgracia.
En otros temas, don Luis Noé Ochoa comentó en El Tiempo sus impresiones sobre la noticia de la semana. Coincido con su lectura del asunto. Bueno, yo intuía que mi juego de palabras al respecto no podía ser único ni original, más bien era inevitable. Por cuenta de la columna de Ochoa terminé leyendo las confesiones de Tola y Maruja, las cuales no vi hace una semana por andar de viaje.
Glosario:
* Corroncho es un adjetivo usado en la costa Caribe colombiana para aludir a estrafalario o de mal gusto.

viernes, julio 28, 2006

Tino

Normalmente bajo el influjo de la cerveza, he afirmado varias veces que el pesimismo y la patética melancolía de la tradición lírica de la música popular latinoamericana hacen del grunge y otros lloriqueos anglosajones simples rondas infantiles, ayes como los de la pajara pinta. Romances perdedores en los valses ecuatorianos, orgullos de macho derrotados en memorables rancheras (las de José Alfredo sí que me patean), evocaciones de ranchos abandonados como en ciertos sones y bambucos, dolores no curables con mejoral en paseos vallenatos, lacrimosos lamentos andinos, saudades melosas en distintos ritmos brasileños... Pero nada supera al Tango, a sus dictámenes de fatalidad tan llenos de ese pragmatismo de la calle y la noche.
Y dentro del tango mismo, capítulo excepcional ocupa Enrique Santos Discépolo, el del famoso "Cambalache", el certero pintor de la imagen de "Esta noche me emborracho". Aquí, su atinada proclama, interpretada por quien tenía que ser:


miércoles, julio 26, 2006

Monólogos de la Virginia

Anoche fabulaba un código en Matlab, cuando me llamaron para que viera el hit televisivo de la semana: el sincopado relato de Virginia Vallejo acerca de sus andanzas con Pablo Escobar Gaviria y de sus razones para señalar a Alberto Santofimio Botero como autor intelectual del homicidio de Luis Carlos Galán Sarmiento. La verdad, lo vi por pedacitos y casi al final, porque estaba más o menos en lo mío; pero no dejó de impactar el ritmo errabundo de su dicho, cierta gesticulación adormilada y el vacío profundo de su floja defensa ante la pregunta obvia de cualquier espectador: ¿no es delito no haber denunciado todas esas cosas en su momento, preferiblemente antes de consumados los delitos? (Rta: esas vainas prescriben).
El canal que transmitió el monólogo presentó en su programa de variedades, el fin de semana pasado, la representación de una entrevista a su principal presentadora de chismes de farándula, debido a que fue compañera de trabajo de Vallejo y aprovechando que por primera vez en muchos años se podía volver a hablar de ella, gracias a la 'suficiente ilustración' que trajo la noticia de su testimonio en el proceso de Botero; a través de notas, imágenes de archivo y evocaciones del legendario aspecto de sus piernas. El formato de la declaración unilateral, sin preguntas, sin incomodidades, deja un sabor propagandero, o por lo menos la sensación de negación del ejercicio de la crítica. De todos modos, también se presta para que la credibilidad de la denunciante quede en entredicho, pues sus gestos e indecisiones saltan a la vista. La lánguida tragedia de una Milady sin dientes, sin embrujo sobre su amante - el pobre Pablo - manipulado por mi doctor Santomafio y llevado por este a la perdición, mas no por las artes horizontales ni el poder de la belleza.
La forma estrafalaria como el sitio web del Canal RCN presenta su éxito, acompañando una transcripción que parece rebuznada a cuatro manos por los mismísimos Jorge Alfredo Vargas y Claudia Gurisatti (transcribiendo ay como "ahí" y diciendo que Perú cogió a Abimael Guzmán y 'votó' la llave) con una narración en negrita llena de arabescos y figuras más propias de un capítulo radial de Kaliman o alguna novela mexicana, que de un documento de interés periodístico sobre hechos delictivos que tuvieron impacto en este país. Una periodistada más para lamentar.

lunes, julio 24, 2006

José Granés

Falleció esta mañana el profesor José Granés, de quien aprendí dos o tres cosas relevantes sobre la vida y la política, aunque comparto que su oratoria académica no fuera tan memorable. Se fue una gran persona, un maestro de la sensatez y todo un referente ético.

jueves, julio 20, 2006

Independencia grita

Hoy se conmemora con día feriado la declaración de independencia de Colombia. El 20 de julio tiene lugar el desfile militar más importante del año y se inicia la legislatura de cada año en el Congreso. También es la fecha de referencia para leerle la carta astral al país y el nombre de un barrio popular de Bogotá, con una famosa iglesia muy visitada por la fama de milagroso de su divino niño de Praga. Veintejuliero es el mote que se gana un tipo particular de discurso, de arenga pasional que invoca la pobreza y su redención. Francamente no sé si el origen tiene que ver con el carácter popular del barrio o por la anecdótica proclama de José Acevedo y Gómez en 1810, la que hablaba de los momentos de "efervescencia y calor".
La otra independencia, la de Cartagena de Indias, nada más amerita una fiesta de la cual solo tiene resonancia el reinado nacional de la belleza, el cual selecciona a la representante de Colombia para Miss Universo; con todo y que fue más atrevida porque pretendía independencia total de España, no solo de los Borbones. La de Mompox, en cambio, nadie la menciona, ni tiene feriado propio. Recuerdo que hace unos años alguna mano grafitera tapó parte del nombre del Parque de la Independencia en el centro de Bogotá, quedando como parque de la dependencia.
Desde que subió Álvaro Uribe al gobierno, la conmemoración de esa fecha viene antecedida de un gran despliegue de paranoia en los barrios céntricos de Bogotá. El sacrosanto Transmilenio sufre la interrupción de su operación o su racionamiento, se emplazan soldados, policías y auxiliares bachilleres por varias vías y se proclama la ley seca y otras restricciones.
Yo entiendo que, con los antecedentes de violencia política de mi amada patria, cuando la historia de mi familia tuvo gran influencia por los duros avatares que hacían que el color de la corbata fuera visto como adscripción partidaria y convertía a su portador en blanco fijo de las pasiones políticas; con todo eso se prohiba la venta y consumo de alcohol alrededor de las fechas electorales. Pero que esa prohibición sea una prevención creíble ante actos terroristas, no me lo creo. Vendría a ser como que alguien, porque se emborrachó, decidió volverse guerrillero, fue a su casa a sacar ese mortero que tenía guardado bajo la cama y lo disparó contra los maquillados rostros de las fuerzas especiales.
Listos, la seguridad presidencial tiene que ver con la no circulación de peatones ni automovilistas por las inmediaciones del centro, tanto que la carrera séptima quedó permanentemente vedada entre las calles séptima y once por cuenta de tantos fantasmas que asedian la labor del mesías. ¿Pero a son de qué me prohiben a mí comprar unas cervezas en un supermercado a tres o cuatro kilómetros de distancia?
En fin, hoy es el día en que celebramos no ser más españoles de segunda mano sino colombianos de tercera. Campeones en número de países que nos exigen (y nos niegan) visa y nos revisan el colon en los aeropuertos. Día de colgar la bandera y ver películas malas en la televisión nacional (qué adjetivo más desacertado). Me voy a caminar un rato.

sábado, julio 15, 2006

Plantilla

alojamiento cortesía de photobucket.com
Abandono la plantilla negra por una que resulte más cómoda para la lectura. Procuraré no hacer muy seguido cambios tan abruptos. Pensaba ahora en los tiempos en los cuales traté de hacer cosas divertidas con del DHTML, pero me aburrí rapidísimo cuando me encontré con la cantidad de cláusulas y precauciones por los tipos de navegadores y sus versiones, amén de la API de cada sistema operativo. Esa es una de las razones por las cuales detesto encontrar en un sitio los anuncios de "se ve mejor con..." o "no insista, pagina diseñada para ver con...". Pero bueno, esa tragedia persigue a muchos estándares, como me ha tocado ver en recientes epopeyas con códigos de supuesto alcance universal.

Treinta años

El 11 de julio de 1976 falleció en Bogotá León de Greiff, mi poeta favorito. La fecha justa de este aniversario me tomó esclavizado por los plazos finales de un proyecto. Este post, y otros que se me ocurran durante la semana, serán mi forma de recordar al poeta que no vivió de sus poemas, tampoco de la profesión de ingeniero, cuyos estudios no terminó. El antioqueño que se hizo famoso por hacer poemas y no por hacer empresa, el poeta que se la ganó trabajando en la construcción de ferrocarriles, tras de una ventanilla y dando clases. El constructor de un insondable universo de palabras, la cuales nos sorprendieron tanto más cuando hallábamos la mayoría en el diccionario, comprobando que más que un fabulador de neologismos era un gran cultor de nuestra lengua materna.

Sonatina

Todavía irrumpir, irrumpir otra vez, echar
más favilas al viento,
más guijarros, más lascas, más jacillas al mar.
más sueños al azar,
más azar al soñar,
más líneas de tangencias y de evasión al cavilar.

Todavía irrumpir, irrumpir otra vez, otra vez dar
de beber al sediento,
de yantar al hambriento,
de atesorar al avariento...
Otra vez dar de amar y de yogar al sediento, avariento y hambriento del liento
surco del taladrar, del singlar, del arar, del navegar, del sembrar, del fecundar, del germinar,
[del cosechar...
Yo siempre digo como siento.

Yo siempre digo lo que siento,
yo siempre vivo como siento,
yo siempre escribo lo que siento,
yo siempre escribo cuando siento cuánto siento, sin cesar, sin cejar,
y siempre con aromas y ritmos, melodías y pasmos del soñar -al azar-,
siempre con ácidos y sales y heces y posos del pensamiento.
Yo siempre escribo lo que siento,
lo que siento o presiento sentir, rudo, hasta muy más -a lo hondo- del lacerar y el lancinar
mi corazón. Y lo que siento siento y presiento sentir, duro, cuando el cogitar
-pensieroso- hasta muy más -hacia el ápex- del meditar,
del cavilar hecho martirio, lacra, estigma, tormento.

Todavía irrumpir, ogaño. Todavía. Otra vez. Otra vez echar
más pavesas, vilanos, más briznas de bazofias de basuras al viento,
más cenizas y escorias y zurrapas al mar,
más abalorios y falaciosos oropeles y espejismos falenciosos al soñar -al azar-.
Más azar, más albures y suertes, más mitos delusorios y fábulas ficticias al soñar.

Todavía irrumpir, irrumpir otra vez, para dar
de yogar y de amar y se herir, de folgar y extasiar y yacer al aún turbulento;
de beber, de placer y soñar -pero nunca en jamás le saciar-,
al de sólo de ensueños y fervor y furor y de ardor y de amor y de sedes opulento.
Yo siempre siento lo que doy en pensar.

Yo siempre siento lo que doy en pensar.
Yo siempre pienso lo que doy en sentir. Siempre siento
lo que doy -al azar- en trovar e idear, en soñar y ensoñar e imaginar
y, -juglar,
ministril, minnesinger, trovador y poeta-, en fabular...
En fabular y fabular
con heces y color de fantasía, nébulas irisadas de ficción, sombras del divagar;
en fabular y fabular
con perfumes de almendro y de azahar-
y ritmos y armonías y melodías en peregrino modular,
y en contrapuntos y contracantos, discantes y secuencias del errabundo maquinar;
en fabular y fabular
con ácidos y sales y tósigos y tóxicos y filtros y heces y posos del pensamiento virulento.

Yo siempre siento lo que doy en pensar.
Yo cuento siempre como siento:
como siento y presiento sentir y presentir entre las venas, entre su red tentacular,
hasta muy más -en lo profundo- de lo anímico y medular,
y como pienso cogitar -pensieroso-trascendente- y soñar, ensoñar y vagar
-infraconsciente- hasta muy más allende (a la cima, a la sima) del befar,
del zaherir, de la locura en serio, del disparate, la bufonada, el esperpento.
Yo siempre pienso como siento,
yo siempre siento como cuento el invento y el intento y el portento
del momento.

Todavía irrumpir, irrumpir otra vez, derramar,
emanar, dimanar, y -con ello- aromar. Aromar:
de zábila es, de sándalo de amomo la savia que me resta dispender...
Otra vez reverter,
con ello deterger, derruir, corroer: son ponzoñas letales las hieles que me falta propinar,
las hieles que me falta consumir...
Todavía irrumpir, irrumpir otra vez, otra vez irrumpir:
sólo cuenta el minuto, sólo vale el momento en movimiento.
Sólo importa el instante del catar:
sólo importa el instante en que se toma, se posee y se goza al pasar:
y el efímero instante del catar, saborear, gozar y disfrutar y poseer...
Todavía irrumpir.

Todavía irrumpir. Irrumpir otra vez... No cïar.
Todavía irrumpir. Siempre izar, no amainar.
Todavía irrumpir, irrumpir otra vez. No anclar en el recuento
de fazañas, proezas, de éxtasis y deliquios de dulce memorar,
de capitoso retrotraer,
de deleitable revivir...
Todavía irrumpir.
Irrumpir otra vez. No amainar. No cïar. Jamás anclar...:
menos -al pairo y en carena- enmohecer.
Aún menos, incurrir en el recuento de lo que pudo ser,
ni en el de empeños vanos y fallidos conatos, hechas de delinquir o de perder,
delusorias estancias, aciagas estadías, embaidores mirajes, -de sollozo y lamento...-
Todavía irrumpir. No cejar. Todavía irrumpir.
Todavía, todavía irrumpir: si todo ha de finar,
todo de se abolir,
si todo ha de finar, de caducar y de periclitar y de parar
-memento- en el Memento.
Si todo ha de caer
en el no ser, si todo ha de finar y concluir
en el se ir:
sabio es vivir viviendo a toda hora, toda hora, sabio es vivir, vivir.
Vivir el día ya, vivir el día desde la albada hasta el atardecer.
Vivir el día hasta el se echar
en cómodo decúbito y yacer.
Vivir el día el día sin cesar, sin cejar.
Sin cesar sin cejar y erigir:
y erigir a lo efímero, de lo efímero, con lo efímero, perenne monumento.

Yo siempre vivo lo que siento,
yo siempre pienso como siento, yo siempre siento lo que cuento,
como invento y de intento:
con aromas y ritmos, melodías y pasmos del soñar -al azar-;
como invento y de intento...

Para echarlo a volar y a danzar, a danzar y girar,
para echarlo a danzar,
a danzar y bogar y vagar,
a danzar y volar, parabolar, cabriolear y revolar
con el viento,
con el viento -que es viento para el viento,por el viento, en el viento...-
León de Greiff, 1955

sábado, julio 01, 2006

Qué puedo decir

Del duelo de paquetes ha sido puesto en evidencia el mayor de todos. No me puedo quejar a ese respecto. Lástima que Argentina no hiciera lo necesario para mantener su ventaja, porque a todas luces era más equipo que Alemania. Con una sola opción de este lado de los Pirineos, la copa se queda en Europa. Qué mundo loco.

martes, junio 27, 2006

Yo y mi candidez

Reconozco que se necesita ser muy cándido para pretender que la fiereza que sacaron los Ghaneses para eliminar a República Checa iba a salir contra el paquetazo publicitario del torneo. Esos partidos de cancha sola son un escupitajo a la buena fe del público. Mala jornada para el fútbol africano.

lunes, junio 26, 2006

Medellín

No me creo del todo ese cliché de la Medellín violenta e indiferente. He estado allí y conozco muchísimas facetas de la gente real y sé cuánto de lo malo que pasa por allá también ocurre en Bogotá sin tanta difusión. La imagen del homicidio de un profesor de la Universidad de Antioquia en un negocio aledaño trae a mi memoria pasajes duros ocurridos en el mismo escenario a ilustres desconocidos; historias de sangre y pánico en la sala de urgencias del Hospital San Vicente de Paúl, cercano al lugar. La sede de la Universidad de Antioquia es un espacio bello y normalmente apacible en comparación con el ritmo de esa ciudad. La sola idea de que se viva una tensión por amenazas, con gestos directos de intimidación y la zozobra de la muerte violenta indiscriminada, casi que no es evidente para el visitante desinformado.
Por ahora no me interesa ser sabio o astuto para reconocer los móviles o las explicaciones. Repugna a la razón que tenga algún sentido algo como recibir un tiro. Es decepcionante.

Goles y otras cosas

Me encanta cuando un triunfo neto y honesto como el del Deportivo Pasto se da; me encanta que no pasen cosas extrañas faltando veinte minutos. Otra historia es el falso penal (al cual AP y El Tiempo llaman "dudoso") con el cual saldaron hoy el partido de Italia y Australia. Mañana Ghana tiene la oportunidad de mostrar lo que es jugar sin deslumbrarse por el precio del rival. Confío en que esa gente se pare con dignidad, como lo hizo México frente a Argentina.
Ah, y hoy salió algo en El Tiempo que me llena de gratos recuerdos.

viernes, junio 23, 2006

Fatiga

Ando con un pico de trabajo que no me ha dejado pensar mucho en nuevos temas para posts, aunque se me ha salido la manía comentadora en otros blogs. Tal vez la otra semana respiro un poco; además quiero volver a postear fotos.

jueves, junio 15, 2006

La tormenta apenas comienza

Comenté en mi post anterior mi preocupación por la campaña de expectativa de una seguidilla de noticias que apuntaban a unos resultados sobre libreto. No estoy en la ilegalidad ni me interesa escribir apologías acerca de justas insurrecciones ni heroicas justificaciones de males necesarios. Ni métodos ni fines me acercan con ningún proyecto armado de corte subversivo, sea su subversión la de la destrucción del presente sistema económico, o la de su supuesta defensa sustentada en la aceptación social de líderes de las economías ilegales. Tengo claro que la persecución que hagan las autoridades policiales y militares de mi país contra quienes se han asumido en rebelión o simplemente delinquen con la motivación que sea, tiene un soporte legal y unos modos reglamentados. Por eso mismo comento y cuestiono algunos caminos que han tomado estos sucesos.
La idea de que las universidades estatales de Colombia son centros de reclutamiento y adoctrinamiento de cuadros para los grupos alzados en armas contra el Estado colombiano es un viejo lugar común sustentado en situaciones que se presentaron en ciertos momentos del pasado, con singulares réplicas en tiempos recientes. Sobre eso comencé a escribir algo cuando me empecé a tomar en serio este blog. Por compromiso personal he construido mi postura al respecto, primero conociendo y reflexionando mucho, pero no es el espacio para hacer proselitismo con ello. Lo cierto es que las noticias de las últimas semanas evidencian una manipulación de eventos y situaciones, con gran perjuicio para mucha gente.
El porcentaje de personas que en las universidades encuentran interés o terminan involucradas en situaciones de violencia, propaganda o algún tipo de provocación frente al Estado es semejante al que puede hallarse en el país. Por supuesto que ciertas condiciones sociales, psicológicas y similares hacen que esas posturas guarden matices bien diferentes a los que se podrían observar en un municipio como Fortul (Arauca), o Puerto Rico (Caquetá) o Dagua (Valle). Una idea tonta que a veces se me salía entre cervezas, es que la expresión "fulano de tal decía... tal cosa" trae un tiempo verbal que se podría interpretar como que el tipo se la pasaba diciendo eso, cuando de pronto solo lo dijo una vez o lo escribió o se interpretó de algo que dejó por ahí. Así mismo existen imágenes mentales que se hace uno como transeúnte, o como consumidor de noticias. Para mucha gente, después de tanto oír decir que en la Universidad Nacional se la pasan lanzando objetos peligrosos hacia la calle, se le mete en la cabeza que eso pasa todo el tiempo y que nada más ocurre allí. Yo también pensé por mucho tiempo que en la Universidad Javeriana todo mundo se la pasaba sentado en unas gradas o caminando para adentro y para afuera o rumbeando en los sitios aledaños, hasta que tuve que ir a actividades académicas allá.
Por supuesto algo va del reclutamiento de cuadros dirigentes que - entre los años cincuentas y sesentas - hicieron las guerrillas en el movimiento estudiantil de la época, a los recientes casos de jóvenes estúpidamente inmolados en la realización de acciones tipo atentado personal o bombardeo indiscriminado en espacios urbanos, así como el hueco sacrifico de los mismos en el frenesí de batallas rurales, en las cuales no duran un suspiro. Incluso, habiendo ocurrido cosas similares en tiempos de fervor revolucionario, si se quiere de moda, la reedición de ciertos fenómenos en contextos tan disímiles necesariamente tiene que invocar explicaciones más complejas.
Hace unos años, a raíz de un extraño atentado con granadas de mortero lanzadas desde un sector no muy concurrido y poco vigilado de la Ciudad Universitaria en Bogotá, la Fiscalía organizó un allanamiento a la Universidad, concentrado en lugares donde se almacenaban materiales de estudio, cuya tenencia se respalda en cuestiones enteramente legales. Por ejemplo, sustancias incautadas al narcotráfico y entregadas a la institución para fines académicos, fueron confiscadas de manera maliciosa y además muy torpe (un agente de la Policía se quemó las manos con soda cáustica por su manejo nada profesional de los recipientes que revolcaba). También lo fueron elementos del laboratorio de aeronáutica, producto este de un convenio con instituciones del Estado. Lo más pintoresco fueron las preguntas de algunos funcionarios de la Fiscalía, evidentemente antiguos tirapiedras o infiltrados policiales, quienes indagaban por oficinas estudiantiles desaparecidas años atrás. Lo cierto es que las incautaciones fueron una irrespetuosa manera de sindicar a la academia y a la institución, por unos actos cuyas características evidenciaban algo secretamente planeado por pocos - muy probablemente ajenos al espacio - y no una confabulación de cientos de académicos para herir a unos vendedores ambulantes frente al 'bunker'; algo fácil de ver, aun para un abogado tan malo que sus preparatorios solo le sirvieran para ser vincualdo a la Fiscalía. Vale recordar que el día de los atentados, el Fiscal General de la época, comentó sonriente (en un arrebato de cinismo criminal, o pelada de cobre que llamamos algunos) a unos periodistas: "esos son los posgrados de la Nacional"; burrada que tuvo que tragarse en comunicado público cuando un funcionario judicial lo emplazó a que desarrollara su afirmación.
De unos años para acá, la nueva generación de incidentes anticipaba una fabulación como la que se viene presentando en los medios. Hace unas semanas el Secretario de Gobierno del Distrito dejó entrever que se harían capturas, fundamentadas en la idea de que una persona que no ha terminado una carrera después de más de un intento, necesariamente es culpable de alguno o varios tipos penales. Esta forma un poco extrema de entender el éxito y el fracaso académico fue enfatizada en el caso de la captura masiva de varios meses atrás de varios personajes vinculados a la Universidad de Antioquia, ante la cual El Tiempo publicó perfiles personales de las extremas demoras de un par de capturados. Sí existe un perfil, unas señales sospechosas y unos antecedentes reales de personas que han prolongado su permanencia en las universidades como parte de la realización de planes macabros, pero no creo que sea sano enfatizar en ese tema de la edad y el tiempo como prueba penal definitiva (habiendo tantas razones para que una persona tarde en conseguir un título y tantos casos individuales únicos) ni creo que sea muy ético ese realce del tópico cuando se trata de procesos penales que apenas comienzan.
Por supuesto vendría la cosecha de noticias y esta semana la primera se precipitó de manera abrupta. Independientemente de que una institución como la Policía tiene que ser rigurosamente investigada cuando ha tomado a un sujeto (si se quiere Satán en persona) vivo y libre, lo ha mostrado ante los medios y lo entrega 'suicidado' en sus calabozos; es importante que se revise esa forma de relacionar delito con instituciones y grupos sociales, particularmente cuando siendo tan complejas las cosas reales y tan rodeadas de prejuicios, los comunicadores sociales, los que devengan sueldo por escribir sin investigar y sin pensar y sin preguntar, pueden ser partícipes de un daño muy grande. Como se despedía Émerson de Francisco: "que Dios los perdone".

jueves, junio 08, 2006

Nubes negras

La arremetida invernal me tiene funcionando a media marcha y con amenaza de resfriado. Recién ayer, recibí un poco de sol que me dejó un poco quemado, a raíz de un desalojo por disturbios en la Universidad. Hacía tiempo no me tocaba salir de un edificio en medio de gases lacrimógenos y la receta de ayer sí que estuvo desesperante.
La recurrencia de estos eventos me inspira cierto pesimismo, pues hay una confluencia de percepciones que no trae nada bueno. Por un lado, la ficción de un proceso creciente de entusiasmo y participación por parte de los organizadores de la refriega; quienes tienden a evaluar el asunto como un avance en un proceso de quién sabe qué pero que creen tener muy claro. Por otro la misma percepción desde la mirada exterior, de quienes ven esa aparente multitud la confirmación de sospechas acerca de conspiraciones, manipulaciones por actores oscuros y temidos; además de los lugarcomunes que algunos tienen a flor de labios para referirse a la Universidad.
Un cierre preventivo por elecciones, con allanamiento a bordo (debería poner "el pávido návido", para ambientar la memoria de los tiempos de Turbay). Una exótica interpretación acerca de la inveterada pilatuna delincuencial de lanzar voladores (como se llama en Bogotá a los cohetes esos que se lanzan para las celebraciones; los de la tonta charada esa de ponerse la mano frente a la boca, desplazarla hacia arriba mientras se pronuncia una s prolongada y rematar con un aplauso que evoca las explosiones distantes del artefacto), orientados con un tubo, para presentarla como 'morteros' (interpretación de citytv basada en la declaración semitécnica de un policía).
El ambiente queda dispuesto para que pase casi cualquier cosa. Con ambiente de amenazas y con mensajes de sectarismo escritos por ahí, quedan fabricadas las excusas para situaciones trágicas como las que se han vivido en otros tiempos. Quienes celebraron ayer la realización exitosa de su choque con la policía (más la posibilidad de arengar por un rato a unos cuantos curiosos, en un escenario que de entrada excluye a la gran mayoría de la comunidad Universitaria y a la generalidad de la sociedad), demorarán en ver las otras facetas de su 'happening' y aun más en entenderlas. Así pasó con otras generaciones y así tendrá que ser con esta. Eso no excluye costos ni problemas, aprendizajes inútilmente repetidos. Y pensar que las grandes batallas por poner el conocimiento, la academia, al frente de la transformación de nuestro pedazo de mundo, no son tan vistosas ni tan escandalosas, no conquistan ni indignan.
Ya escampó, vuelvo a mi laboratorio...

martes, junio 06, 2006

Submundos

Hace un montón de tiempo, algún noticiero de fin de semana divulgó la labor de un redentor de oficio de los habitantes de la calle. La nota se centraba en una visita a un hogar-alcantarilla en el caño Arzobispo, el que pasa por el Parque Nacional, sigue por la 39 y sale a la 30 frente el Agustín Codazzi. En esa época ahí en frente quedaba la embajada de Francia. Un amigo del colegio, vecino del sector, me relato cómo la nota periodística como cosa rara había exagerado algunas cosas sobre estos personajes.
Unos años después tuvo cierto revuelo periodístico una oleada de homicidios en lugares de concentración de estas personas en Bogotá. La llamada 'limpieza social' fue tema de informes y libros y viajes al exterior financiados por ONGs. Se discutió ampliamente sobre la inmoralidad de apodar 'desechables' a seres humanos y hasta hubo un minihit teatral con actores naturales, dirigido por Patricia Ariza. Tan de moda estuvieron los ñeros, que se llegaron a organizar lunadas en la temida 'calle del cartucho', Manú Chao exigió ser hospedado allí en una de sus giras y un pequeño habitante de las calles del centro protagonizó uno de sus viedoclips y fue llevado a Francia a cambiar de vida.
La preocupación por el asunto ha ido y venido, ha habido tesis, experimentos, informes, conceptualizaciones, ... Desde la puesta en marcha del proyecto del parque del tercer milenio, con el desalojo radical del cartucho, se desató la trashumancia de un cuadro aparentemente localizado. Barriadas humildes protestaron para expresar que no querían gente así como vecinos, mientras otras se sorprendían al ver esa migración pasar frente a sus ojos. Que un indigente pase por la cuadra es la principal razón (ante la escasez de goles de nuestras selecciones o triunfos de Montoya) por la cual suenan las alarmas de seguridad de muchas cuadras. Sobre la movilidad de estas personas, tengo aun muchas inquietudes por resolver. En tiempos de más intensa cacería en alguna ciudad, muchos se desplazan a otra, no por bus intermunicipal, a pie parece que tampoco; pero a veces pareciera que nuestro país estuviera atravesado por una red de túneles como la de la película "Underground". Yo vi cuando la Policía subía a un camión a los gamines que más frecuentaban el entorno del Hotel Tequendama en 1986, con motivo de la visita del Papá. Comités de ornato de todas las ciudades bendecidas se enviaban unas a otras caravanas de 'indeseables', además de cartas de protesta. Otro misterio son los asertos de quienes promulgan esas cacerías. Quienes definen que se asesine a todos los indigentes de una ciudad como, digamos, Barrancabermeja, se agarran la cabeza preguntándose cómo aparecen otros, de dónde salen. El modelo ecológico con el cual tratan de explicarlo no tiene variables sociales.
Pienso seguir con esto, por una inquietud especial. En medio de la diáspora de la indigencia bogotana, hay un especial repoblamiento de las rondas de los canales de desagüe. Tras largas semanas de crecidas y mucha humedad y mucho frío, esos han sido escenarios de una de las facetas más fuertes de la ecología humana en el entorno bogotano. Los ñeros que se apropian de puentes o pequeños refugios, asumiendo incluso la seguridad ciudadana del entorno (porque los crímenes de otros les cuestan a ellos); los que saquean elementos metálicos del equipamento de la ciudad (tapas de alcantarillas, contadores, herrajes de los puentes peatonales de aluminio, etc) o raspan paredes de ladrillo; los que establecen su nicho en competencia con roedores y aves comedoras de carroña; los que no pasan discretamente, por alguna condición psiquiátrica extrema (hasta aquí la enumeración, para no parecer comercial de coca cola). La humanidad metida en alcantarillas, asentada junto a los cuerpos de agua... Continuará...

viernes, junio 02, 2006

La noche

Nunca fui el más rumbero, ni el más de nada en cosas de la noche. Sin embargo estuve por los laditos y exploré algunos lugares inimaginables, frecuentados por tipos humanos irrepetibles. Pero ahora siento una distancia especial, infranqueable, con ese mundo. La calle nunca me costó gran cosa, caminé esta ciudad a muchas horas y atravesando rutas no recomendadas. De hecho caminé muchísimo, por gusto, por adoración al cansancio. A veces fanfarroneé con que la calle no me ganaba, pero ya no afirmaría cosas así, entre otras razones porque esta selva me la han intervenido, por tanto sus señales no se pueden interpretar igual y mutan cada día.
Por cierto, no me he ajuiciado, más bien soy un inmaduro timorato y apabullado con los símbolos y formas de quienes hoy se apropian de las callecitas y los metederos que frecuentaba en tiempos prezanahóricos. Mis modos también cambiaron y no encajan con ese paisaje del recuerdo. Bueno, algunas tendencias ambientales no cambian, como el consabido aroma a orinal público de La Candelaria.
Hace apenas un par de horas me perdí mientras observaba esas cosas desde afuera, sobrio, ajeno. Sobre todo sin nostalgia, sin ganas de repetir.