martes, agosto 28, 2007

¿Y tú dónde estabas?

A la hora del no terremoto de esta tarde estaba yo metido en el Auditorio León de Greiff, escuchando el foro que organizó APUN sobre la autonomía y la finaciación de las universidades. Las masas populares que - en medio de su genuina preocupación por el futuro de la Universidad - abarrotaban este mismo recinto hace apenas unas semanas, brillaron por su unánime ausencia. Me llamaron al celular a contarme del chisme radial sobre una presunta evacuación de la Universidad (fabulada por eltiempo.com) y sobre otras que sí ocurrieron (jardines del ICBF, colegios, Ecopetrol, el Hospital Militar, la Universidad de los Andes,...). No niego que si algún cerebrito colombiano descubre la forma de predecir una vaina como esas con semejante precisión, saco una bandera, me subo a un carro y me pongo a echar pito y a llorar de orgullo patrio (y de confort, por atenuación del miedo al caos). Pero se me hace tétrico que los encargados de coordinar evacuaciones, la gente de medios y los responsables institucionales de ciertas entidades compren semejante pega, trastornando la vida de media ciudad. Se agotaron los silbatos en tiendas y supermercados, hubo quien juró que tembló y hasta sintió a la parca respirándole en la nuca, hubo congestión telefónica y más de un medio radial contribuyó a difundir la especie irresponsable del año.
Habrá quien diga que sirvió de simulacro, pero la credibilidad de muchos profesionales quedó en entredicho. Para quien abrigue dudas al respecto, habrá un acervo desconectado de observaciones sobre el escarabajo que cojea veinte segundos antes, de las moscas alborotadas, de virajes de resistividad en arcillas (verificables solo con costosa instrumentación y con conocimientos idealmente perfectos del contexto tectónico local), o de patrones sugerentes en series de tiempo (con incertidumbres altísimas, además); pero no se puede predecir un terremoto como decir en tres horas pasa un huracán; Bogotá no tiene amenaza de tsunami, ni tenemos al Galeras al lado, como para que un reporte de sismicidad justifique semejante predicción tan disparatada. Que la masa actúe así es delicado, pero esperable. Esos mitos ubanos se propagan y se enriquecen en segundos. Como alguno que otro locutor habló de la manida profecía del cura Margallo, en un ratico ya atribuían el chisme original al programa del 'Padre Chucho' (¿será más bien que fue un cuáquero?). Pero que la gente responsable de manejar las crisis se preste a propagar el embuste es como para pedir cabezas.

domingo, agosto 26, 2007

Alberto Alava

Esta semana que pasó se cumplieron veinticinco años del asesinato del abogado nariñense y profesor de la Universidad Nacional, Alberto Alava Montenegro. Los sicarios que lo acribillaron en frente de su hogar, junto al campus, se presentaron como el MAS (Muerte a Secuestradores) y se refirieron a su víctima como "abogado de secuestradores". Se trataba de una de las primeras incursiones públicas del aparato paraestatal cuyo nacimiento oficial se asocia con la reacción de los narcos antioqueños al secuestro de Nieves Ochoa, hermana de los líderes de uno de los clanes más importantes del Cártel de Medellín. Alava llevaba entonces uno de los casos malditos de la tradición de los Derechos Humanos en Colombia, la desaparición forzada del llamado "Colectivo del 82", una célula armada, con importante participación estudiantil, que perpetró el monstruoso secuestro y homicidio de los hijos del narcotraficante Jader Álvarez, primer colombiano que - después de pagar condena por ese delito en Estados Unidos, producto de una extradición - retornó al país; donde el tema de la desaparición lo volvió a llamar a los juzgados y las habilidosas malas artes de su abogado defensor recrearon la impunidad del caso.
Alberto Alava fue un profesor emblemático de una época de la Universidad. Era el intelectual contestatario cuyas clases convocaban inmensa concurrencia, con cierto aire de solemnidad, como para entrar sin calzado los que llegaban tarde, pues el ruido no era bienvenido. Alava rondaba el margen izquierdo del espectro ideológico en su práctica como abogado y en sus posturas académicas. Era un radical y un provocador, a quien causaban urticaria la cartilla y la consigna simplista; no ahorraba vehemencia para apabullar a los cultores de la mediocridad y del nihilismo-excusa. Hoy, cuando los practicantes del proselitismo docente van por la fácil de no escoger las compañías, de abstenerse de sembrar dudas en aras de sumar inconciencia, de reencauchar letanías apuntaladas en falacias; hoy se siente más muerte la muerte de Alava y más infame su homicidio. Cada bravuconada de tarima, cada pirueta retórica de manipulación, cada aplauso a la degradación de la palabra y de la práctica, son el eco del trueno de ese veinte de agosto; los tiros sin gracia.

jueves, agosto 23, 2007

Seguridad

Hoy fueron abaleados dos profesores de Geología cuando volvían a la Universidad con parte de la plata en efectivo de un trabajo que planeaban hacer en la Alta Guajira. Fui un rato a la clínica para ponerme al tanto y ofrecer mi solidaridad, enterándome parcialmente de algunos detalles del robo violento y de la condición de salud de los dos. Ahora reviso la forma como se dio la noticia en El Tiempo y trato de masticar un poco lo que pasó.
En principio algo anda muy mal cuando las maraña de minucias legales del manejo de dineros públicos hace que sea un lío descuadrarse por dos pesos y convierta en peculado los sobrecostos de trasladar el dinero entre sucursales bancarias o ciudades; propiciando este tipo de riesgo. La no disponibilidad de sucursales en los municipios donde tendría lugar el trabajo también contribuyó a esa decisión.
Lo segundo es si se recurre o no a la figura de la escolta policial en caso de retiros grandes y si solo con solicitarla está disponible. Si se asumió la propia cuenta y riesgo, creo que este suceso es un motivo más que suficiente para no incurrir en semejante imprudencia. De todos modos, por las características del asalto y la capacidad de fuego de los asaltantes, posiblemente la típica escolta hubiera resultado insuficiente y sería la primera en caer abaleada.
El escenario del atraco fue una de las porterías vehículares cercanas a la Capilla de la Universidad, las cuales desde hace unos años son de uso exclusivo de vehículos, lo cual las torna más solitarias y refuerza la función de patio trasero que solían tener. Se sabe que los porteros de esos puestos exhiben armas cuando se trata de intimidar a alguien desarmado y en situaciones como estas, misteriosamente se comportan inermes. Hay que destacar que el entorno exterior de estas porterías es regularmente visitado por policías en operativos de control de motociclistas (el casco y el chaleco), que son sitios preferenciales de entrega de personas detenidas por los vigilantes dentro del Campus a la misma Policía y que la ausencia de esta institución en la escena del tiroteo fue bastante sincronizada.
Por lo demás, como ya entré en el terreno de la rabia que le da a uno con estas cosas de la inseguridad, me permito suponer que alguien uniformado y con rango sabe algo importante sobre quienes hicieron esto y para dónde cogieron. Esta no es la ciudad de hace diez años; hoy hay cámaras ocultas, redes de informantes, policía cívica (cuerpo de corte paramilitar que se arroga funciones de policía judicial y tiene la costumbre de llegar de primero a todo y ser omnipresente) y frecuencias abiertas especiales donde todo mundo se entera de todo.

martes, agosto 21, 2007

viernes, agosto 17, 2007

Uy, camarada

"Las armas deben tener el monopolio del Estado"

Lucho Garzón

miércoles, agosto 08, 2007

Shakira impresionista

Shakira no es de mi gusto y ni siquiera por reafirmación de identidad nacional me esfuerzo por entender lo que dice después de "pero digo la verdad..." (ni me interesa saber qué clase de idiota se declara). Ya harto arduo ha sido entender el Morse de Joe Arroyo o el Wayúu-Mandarín de Leandro Díaz, pero esos por lo menos me gustan. Pero esta faceta no se la había visto.

martes, agosto 07, 2007

¿Cómo hace?

Digamos que, como dice ahí, instó, convocó, etc. Pero de ahí a que propicia,...

lunes, agosto 06, 2007

Carnaval vegetariano

Ayer fui un rato a las comparsas de la séptima con motivo del Carnaval de Bogotá. Salvo que mucha gente empleada se tomó este puente largo, las diferencias con lo que carnaval significa en mi añorada Quilla son de escala mayor. No quiero ponerme a especular sobre un tema al respecto del cual doctores tiene la Santa madre Etnología y además respeto ese saber. Sí quiero comentar la experiencia extraña de un espectáculo que arranca tarde, que se coordina en el terreno por una mescolanza de operarios de una firma privada de logística y coordinadores de "Misión Bogotá", programa que ha encontrado en los egresados de Ciencias Humanas de la Nacional una de las poblaciones vulnerables más entusiastas.

Mientras esperaba que arrancaran, vi los ensayos de una banda de guerra de esas de colegio. Vestían atuendos imitación hábitos de carmelitas y tocaban una de las clásicas con esas marimbas portátiles conocidas como liras:


También tocaban su particular versión del clásico tema de cabezote de una de mis favoritas:

Y les alcancé a escuchar un famoso cántico protestante gringo de esos que covereó Marcos Witt o alguno de esos. También presencié por un rato a la "ecléptica" (sic) Batería Universitaria, singular pero negada para la salsa en particular. En fin, no me sentí muy comprometido ni festivo ni próximo a perder la carne por cuarenta días ni transformado en fauno desbocado como para enmascararme. Fue tan solo un curioso domingo más, de Parque Nacional, algodón de azúcar, sol de lluvia y zanqueros y máscaras con una que otra camiseta de la campaña de algún candidato al Concejo. Pero tuvo sus pasajes bonitos.

viernes, agosto 03, 2007

miércoles, agosto 01, 2007

Capital planeta

Se había anunciado hace varias semanas que se buscaba un socio, se rumoreaba venta, hace nada se confirmó que Planeta fue la que ganó y hoy se formaliza un poco el anuncio: Planeta entra a ser el dueño del 55% de El Tiempo y el 40% de City TV.

El emisario

En los últimos días se meneó que el DAS afirma que la sensación de ataque que habría inspirado la masacre de los diputados secuestrados se originó en un error interno de coordinación por parte de las Farc, en una zona de su exclusivo dominio, en medio de las montañas de Nariño. Con todo y que lo manifestó el Das (ya conocido por el chiste del ratón, la incriminación ante el diario El Espacio de toda una familia por su supuesta responsabilidad en un horrible secuestro con homicidio - por allá en el 88 y con la posterior absolución sin rectificación ni nada -, la detención de un barbudo a raíz del 11 de septiembre de 2001, la sindicación por trata de blancas a una pareja basándose en fotos de su intimidad y otras monstruosas dasosidades), no hay que descartarlo tan pronto.
En círculos y otras topologías cerradas del medio izquierdista ha sido noticia esta semana la entrevista de Anncol a Raúl Reyes, cara representativa de la arrogancia fariana y su ostensible manía de erigir excusas sobre cimientos hechos de babas. Además de las convencionales versiones contrarias a los partes de guerra enemigos, se destaca para mí una lánguida explicación del tema del reclutamiento forzado de menores. Comparado con esa floja respuesta era preferible callar, como cuando se dejó corchar de una periodista a propósito de la inscripción U.S. Army en su uniforme guerrillero. Para ese tema (y otros) no hay justificación válida y no había respuesta correcta. En este caso se trata de una autocorchada, pues la entrevista la hace la agencia de propaganda y por supuesto se trata de un sainete de interrogatorio y tirada de línea.
La entrevista se divulga en un momento difícil y no da luces para la salida humana a temas como el acuerdo humanitario, especie deseada en la agenda práctica, pero que no me inspira ninguna simpatía en materia de avance a la resolución civilizada de nuestra gran excusa nacional. Hoy se ha armado gran parafernalia alrededor del arribo del persistente profesor Gustavo Moncayo a los dominios presentes y futuros del Transmilenio (NQS y 26). En planteles educativos del distrito se repartieron camisetas hablando del dichoso acuerdo y con los logos de 'sin indiferencia' de la administración distrital. Además de tanto despliegue de lagartería, se destaca la impotencia terrible que acompaña una epopeya como esa. La perorata de Reyes ni menciona la discusión.

Agosto

Agosto anticipó sus famosos vientos hace un par de semanas, haciéndonos vivir a los bogotícolas varias de las noches más frías del año. Esta noche recorría un par de blogs y miré, a propósito del triunfo colombiano en la montaña del Tour, la alusión al popular producto cuyo precio fue en una época auténtico indicador del costo de la vida y la estabilidad política del país: la panela. La coyuntura energética mundial y la fuerza de los cañicultores colombianos a la hora de posicionar su producto en el renglón de los biocombustibles han encarecido el ingrediente de mi más amado brebaje. Lo acabo de vivir cuando fui a una cigarrería cercana y me topé con el formato de la panela de 700, como la sección transversal de la normalita de antes pero de espesor rebajado.
Hace tan solo diez años, vi manifestaciones de paneleros, regalando la panela en el centro de Bogotá para divulgar su dura crisis. Hoy, agotada la ración de esas que vienen en tableticas como de chocolate, he salido a la clásica misión de comprar una en una tienda, para afrontar este tiempo de viento helado. La medida intuitiva que hace tiempo me habitué a utilizar, esperando a que el aroma informe que ya esta lista y luego la mística deglución. No le echo nada más, salvo limón cuando hay gripa de por medio. La agüepanela preside mis cada vez más esporádicos encuentros con una comadre distante (709.74 Km), nada aficionada al dulce, pero flexible al respecto cuando de estas visitas se trata. Con ese sabor y ese calor abrazándome y abrasándome el tórax he escrito esta entrada.