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viernes, julio 18, 2008
viernes, marzo 07, 2008
Documentación
domingo, febrero 03, 2008
martes, enero 29, 2008
La contradicción fundamental
Hace unas semanas mi atormentada existencia era transportada por un servicio corriente por las alturas de Sotileza, Gratamira y otros parajes del tránsito hacia la Suburbia. Fue entonces cuando escuché a otro pasajero preguntar a su acompañante por un conocido en común de ellos dos. La interrogada dio cuenta de que se había hecho sentir el 24 de diciembre con un extraño mensaje de texto, en el cual le deseaba la anorexia o algo así. Sacó el celular y leyó el mensaje, que efectivamente auguraba varios lugares comunes y la ataraxia. Recordé la pesada columna que publicó por esos días el sicorrígido ex militante de 'Firmes' (quien no se esperó a que dijeran "descansen" y terminó entendiéndole a Gerardo Molina - eso dice - que la cosa era con Álvaro Uribe).
Yo metí la cucharada en la conversación de los transmilenícolas para explicar que la ataraxia es una doctrina patológica, producto del sobrecrecimiento de la neurosis, posiblemente en un entorno de carencias de iones alcalinos y ausencia de proteína animal desnaturalizada y bien sazonada; agravado, claro, cuando los pasantes son pálidos y austeros de sabor.
En mi vecindario de la Blogalaxia me he encontrado con el anverso de este mal, con apoyo audiovisual y todo. Remito allí para aportar a la documentación acerca de este debate esencial.
Practico la enseñanza cristiana, que es en esencia la ataraxia: disposición de ánimo con equilibrio emocional, baja intensidad de las pasiones y los deseos, fortaleza ante la adversidad. ¡Eso es masoquismo!, dirán: ¡No! El sufrimiento madura el alma.
Yo metí la cucharada en la conversación de los transmilenícolas para explicar que la ataraxia es una doctrina patológica, producto del sobrecrecimiento de la neurosis, posiblemente en un entorno de carencias de iones alcalinos y ausencia de proteína animal desnaturalizada y bien sazonada; agravado, claro, cuando los pasantes son pálidos y austeros de sabor.
En mi vecindario de la Blogalaxia me he encontrado con el anverso de este mal, con apoyo audiovisual y todo. Remito allí para aportar a la documentación acerca de este debate esencial.
jueves, noviembre 01, 2007
jueves, octubre 04, 2007
Hecho en el planeta Tierra
Alguien cercano a mí escuchaba recientemente los reclamos de los profesores de sociales de un colegio contra los programas de estímulo a la formación técnica. En algún espasmo de vehemencia terminaban reivindicando el 'humanismo', como el valor sacrificado en tales proyectos. Mi fuente les disparó una pregunta: "¿profesores, ustedes conocen algo más humanista que una lavadora?". Está visto que los moluscos no andan componiendo lieders, pero tampoco publican en Nature ni leen Popular Mechanics, ni escriben libros (de hecho un título que parece introducir las memorias de un cefalópodo lo hizo una de nuestra especie).
Ese cliché casi fascista que algunos han fabulado acerca de las ciencias 'exactas' (incluso la exactitud se la fetichizan), presentándolas como grises, planas, maléficas y yermas en materia de experiencias hedónicas o estéticas; pisotea con su torpeza miríadas de grandes y pequeños bellos gestos y momentos esenciales de nuestra experiencia humana.
Se celebra el aniversario 50 del Sputnik, el primer satélite artificial y uno de los grandes protagonistas de la fascinante aventura global del Año Geofísico Internacional, antecedente clave de lo que en una época se llamó la Revolución de las Ciencias de la Tierra, secuencia de sucesos después de la cual perdimos la inocencia acerca de la estabilidad del fondo oceánico y su contorno, se emprendieron los primeros esfuerzos exitosos por establecer correlaciones y causalidad entre los fenómenos de la tierra sólida, la líquida y la gaseosa y se hicieron ambiciosas aproximaciones al modelo de planeta en toda su escala, algo así como volver a descubrir su redondez y su tamaño a los ojos de la geología, la geofísica, la oceanografía y la meteorología.
Cartografiar el fondo del océano, explorar la composición de la atmósfera cada vez más alto, estallar grandes cargas para conocer mejor el subsuelo profundo, desarrollar redes sismológicas globales y otras tareas centrales del gran proyecto cambiaron la forma de pensar de mucha gente e impactaron la cultura y la economía.
Y sucesos como el del Sputnik generaron también acontecimientos cargados de estética y de magia:
Ese cliché casi fascista que algunos han fabulado acerca de las ciencias 'exactas' (incluso la exactitud se la fetichizan), presentándolas como grises, planas, maléficas y yermas en materia de experiencias hedónicas o estéticas; pisotea con su torpeza miríadas de grandes y pequeños bellos gestos y momentos esenciales de nuestra experiencia humana.
Se celebra el aniversario 50 del Sputnik, el primer satélite artificial y uno de los grandes protagonistas de la fascinante aventura global del Año Geofísico Internacional, antecedente clave de lo que en una época se llamó la Revolución de las Ciencias de la Tierra, secuencia de sucesos después de la cual perdimos la inocencia acerca de la estabilidad del fondo oceánico y su contorno, se emprendieron los primeros esfuerzos exitosos por establecer correlaciones y causalidad entre los fenómenos de la tierra sólida, la líquida y la gaseosa y se hicieron ambiciosas aproximaciones al modelo de planeta en toda su escala, algo así como volver a descubrir su redondez y su tamaño a los ojos de la geología, la geofísica, la oceanografía y la meteorología.
Cartografiar el fondo del océano, explorar la composición de la atmósfera cada vez más alto, estallar grandes cargas para conocer mejor el subsuelo profundo, desarrollar redes sismológicas globales y otras tareas centrales del gran proyecto cambiaron la forma de pensar de mucha gente e impactaron la cultura y la economía.
Y sucesos como el del Sputnik generaron también acontecimientos cargados de estética y de magia:
La noche del Sputnik
Señor Director:
Qué emocionante la nota de Sergei, hijo de Nikita Kruschev (30-09-07). Es increíble que en Rusia no tuviera importancia el lanzamiento del primer satélite, mientras que aquí, en Usaquén, mi mamá nos levantó a medianoche para ver pasar el Sputnik. Yo tenía 5 años. La noche estaba clarísima; el cielo, estrellado, y el frío encartonaba la pijama y congelaba los pies. Esperamos un largo rato mirando hacia arriba. Yo tiritaba. Mi mamá decidió que saliéramos al potrero del frente para que los eucaliptos no taparan la visibilidad. Esperamos y esperamos temblando entre el húmedo pastizal a que pasara el satélite iluminado, pero salió la luna y aclaró la noche.
"Con tanta claridad no lo vamos a poder ver", nos explicó mamá. "Pero los rusos van a pintar la luna de rojo. No toda, claro, pero sí un pedazo para mostrar que ellos llegaron antes que los gringos", dijo mientras nos besaba y nos daba las buenas noches. Esa noche no pude dormir pensando en ese 'esputnic' que le daba vueltas a la Tierra, redondo y con antenas como chuzos, igual al erizo que habíamos visto en la playa de Cartagena.
Alexandra Samper
lunes, agosto 06, 2007
Carnaval vegetariano
Ayer fui un rato a las comparsas de la séptima con motivo del Carnaval de Bogotá. Salvo que mucha gente empleada se tomó este puente largo, las diferencias con lo que carnaval significa en mi añorada Quilla son de escala mayor. No quiero ponerme a especular sobre un tema al respecto del cual doctores tiene la Santa madre Etnología y además respeto ese saber. Sí quiero comentar la experiencia extraña de un espectáculo que arranca tarde, que se coordina en el terreno por una mescolanza de operarios de una firma privada de logística y coordinadores de "Misión Bogotá", programa que ha encontrado en los egresados de Ciencias Humanas de la Nacional una de las poblaciones vulnerables más entusiastas.
Mientras esperaba que arrancaran, vi los ensayos de una banda de guerra de esas de colegio. Vestían atuendos imitación hábitos de carmelitas y tocaban una de las clásicas con esas marimbas portátiles conocidas como liras:
También tocaban su particular versión del clásico tema de cabezote de una de mis favoritas:Y les alcancé a escuchar un famoso cántico protestante gringo de esos que covereó Marcos Witt o alguno de esos. También presencié por un rato a la "ecléptica" (sic) Batería Universitaria, singular pero negada para la salsa en particular. En fin, no me sentí muy comprometido ni festivo ni próximo a perder la carne por cuarenta días ni transformado en fauno desbocado como para enmascararme. Fue tan solo un curioso domingo más, de Parque Nacional, algodón de azúcar, sol de lluvia y zanqueros y máscaras con una que otra camiseta de la campaña de algún candidato al Concejo. Pero tuvo sus pasajes bonitos.
Mientras esperaba que arrancaran, vi los ensayos de una banda de guerra de esas de colegio. Vestían atuendos imitación hábitos de carmelitas y tocaban una de las clásicas con esas marimbas portátiles conocidas como liras:
También tocaban su particular versión del clásico tema de cabezote de una de mis favoritas:Y les alcancé a escuchar un famoso cántico protestante gringo de esos que covereó Marcos Witt o alguno de esos. También presencié por un rato a la "ecléptica" (sic) Batería Universitaria, singular pero negada para la salsa en particular. En fin, no me sentí muy comprometido ni festivo ni próximo a perder la carne por cuarenta días ni transformado en fauno desbocado como para enmascararme. Fue tan solo un curioso domingo más, de Parque Nacional, algodón de azúcar, sol de lluvia y zanqueros y máscaras con una que otra camiseta de la campaña de algún candidato al Concejo. Pero tuvo sus pasajes bonitos.
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