miércoles, agosto 01, 2007

El emisario

En los últimos días se meneó que el DAS afirma que la sensación de ataque que habría inspirado la masacre de los diputados secuestrados se originó en un error interno de coordinación por parte de las Farc, en una zona de su exclusivo dominio, en medio de las montañas de Nariño. Con todo y que lo manifestó el Das (ya conocido por el chiste del ratón, la incriminación ante el diario El Espacio de toda una familia por su supuesta responsabilidad en un horrible secuestro con homicidio - por allá en el 88 y con la posterior absolución sin rectificación ni nada -, la detención de un barbudo a raíz del 11 de septiembre de 2001, la sindicación por trata de blancas a una pareja basándose en fotos de su intimidad y otras monstruosas dasosidades), no hay que descartarlo tan pronto.
En círculos y otras topologías cerradas del medio izquierdista ha sido noticia esta semana la entrevista de Anncol a Raúl Reyes, cara representativa de la arrogancia fariana y su ostensible manía de erigir excusas sobre cimientos hechos de babas. Además de las convencionales versiones contrarias a los partes de guerra enemigos, se destaca para mí una lánguida explicación del tema del reclutamiento forzado de menores. Comparado con esa floja respuesta era preferible callar, como cuando se dejó corchar de una periodista a propósito de la inscripción U.S. Army en su uniforme guerrillero. Para ese tema (y otros) no hay justificación válida y no había respuesta correcta. En este caso se trata de una autocorchada, pues la entrevista la hace la agencia de propaganda y por supuesto se trata de un sainete de interrogatorio y tirada de línea.
La entrevista se divulga en un momento difícil y no da luces para la salida humana a temas como el acuerdo humanitario, especie deseada en la agenda práctica, pero que no me inspira ninguna simpatía en materia de avance a la resolución civilizada de nuestra gran excusa nacional. Hoy se ha armado gran parafernalia alrededor del arribo del persistente profesor Gustavo Moncayo a los dominios presentes y futuros del Transmilenio (NQS y 26). En planteles educativos del distrito se repartieron camisetas hablando del dichoso acuerdo y con los logos de 'sin indiferencia' de la administración distrital. Además de tanto despliegue de lagartería, se destaca la impotencia terrible que acompaña una epopeya como esa. La perorata de Reyes ni menciona la discusión.

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