lunes, junio 26, 2006

Medellín

No me creo del todo ese cliché de la Medellín violenta e indiferente. He estado allí y conozco muchísimas facetas de la gente real y sé cuánto de lo malo que pasa por allá también ocurre en Bogotá sin tanta difusión. La imagen del homicidio de un profesor de la Universidad de Antioquia en un negocio aledaño trae a mi memoria pasajes duros ocurridos en el mismo escenario a ilustres desconocidos; historias de sangre y pánico en la sala de urgencias del Hospital San Vicente de Paúl, cercano al lugar. La sede de la Universidad de Antioquia es un espacio bello y normalmente apacible en comparación con el ritmo de esa ciudad. La sola idea de que se viva una tensión por amenazas, con gestos directos de intimidación y la zozobra de la muerte violenta indiscriminada, casi que no es evidente para el visitante desinformado.
Por ahora no me interesa ser sabio o astuto para reconocer los móviles o las explicaciones. Repugna a la razón que tenga algún sentido algo como recibir un tiro. Es decepcionante.

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