Algunos instructores del Ejército evocan el operativo que dio fin a la vida del bandolero Efraín González, en 1965, como un ejemplo de la noción de la voluntad de combate, la cual mostró en ese incidente ser un elemento determinante del curso de una situación de guerra, más allá de la relación de fuerza entre las partes enfrentadas. Un sujeto acorralado y superado ampliamente en número y capacidad de fuego, causó bajas a sus adversarios y estuvo a punto de evadir el cerco, poniendo en ridículo el despliegue hecho en su contra y escribiendo uno de los pasajes más extraños de la historia de nuestra violencia.
Esta semana se conoció un nuevo incidente de una unidad antinarcóticos de la Policía aniquilada por una unidad del Ejército de Colombia. Solamente tengo información de gran prensa y no soy perito autorizado en el tema, pero hay singularidades del relato que sugieren interpretaciones plausibles. Conozco historias sobre enfrentamientos muy agresivos, sobre auténticas batallas del fin del mundo entre bandos que quieren destruirse y se exponen en el empeño, terminando - sin embargo - en balances bien distintos a la eliminación total de un adversario. Por ello hay sobradas razones para sospechar del balance de la matanza de Jamundí, de los testimonios inicialmente recogidos y del examen que se ha hecho al escenario.
Un ex oficial, actual congresista, planteó en un noticiero - con rica expresión corporal - una serie de afirmaciones sobre "cuando uno está en guerra" y la urgencia de matar o morir. En general las voces de esa fuerza han salido a hacer apología de los sobrevivientes de la escena, con frases que evocan gran familiaridad con la situación. Lo que se ha revelado hasta ahora por prensa está lleno de pistas hacia algo oscuro, que así se quedará, mientras se cumple con el ritual de mostrar preocupación y desarrollar la noticia. El aniquilamiento total de una fuerza tan calificada puede haber sido un 'lucky punch', pero su realización refleja una voluntad inequívoca de matar llevada a término. En semana preelectoral, para mayor impertinencia.
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