Mi primer aporte a la red de redes fue una página ya desaparecida por una inconclusa remodelación de quien me la recibió. Como comprometía posturas colectivas y dependía también de mi estado de ánimo, su renovación era lenta. La tenía colgada en geocities y a veces miraba las estadísticas de visitas, para atormentarme con la futilidad de mi empresa. Casi siempre el enlace se divulgaba mediante algún medio impreso y era muy común todavía que el destinatario de su contenido posara de resistente por no saber nada de internet. En fin, en unos tres años posiblemente nunca completó cien visitas diferentes a las mías como diseñador, en un tiempo en el cual impactar en los hallazgos de los buscadores no era tan simple como publicar en blogger (y tampoco creo que nos buscaran de a mucho). A este blog y a mi ciudadanía bloguera les he dedicado muchos más textos, un poco más libre para opinar, y con mayor recepción, lejos de lo que alguna vez soñé que podría lograr con el otro proyecto.
Famosos blogueros colombianos han dedicado entradas al origen de los "hits", destacando lo pintorescos o sin sentido aparente que resultan algunos. Las visitas automáticas, las que le regala a uno el google a punta de asociar vocablos presentes en el blog de uno dentro de los contextos menos pertinentes, suelen ser frustraciones para el usuario del oráculo de la Internet. Aquí semanalmente (según me cuenta Bravenet, el cual tampoco las detecta todas) entra alguien buscando algo sobre desechos y no deja de darme cargo de conciencia no haber posteado nunca algo útil sobre temas sanitarios que también son de mi interés. Las últimas dos semanas ingresé entradas a este sitio como nunca antes lo había hecho, ya vuelvo al ritmo normal. Tal vez por eso (una fuente de visitas automáticas es la barra, la cual envía al azar a blogs recientemente actualizados) subieron las visitas; también pudo ser por enlaces que hay hacia aquí en otros espacios; pero realmente llegué a un pico histórico por una situación bastante singular.
Hace unas semanas escribí una entrada sobre Gustavo Petro y, desde el reciente debate del Congreso y la agitación generalizada acerca de este personaje, es común que la mitad de las visitas que me reporta el contador aludan a búsquedas sobre Petro y su pasado. El ranking de sociedad en la sección colombiana de Blogalaxia me lo confirma. Era esperable que al ser focalizada sobre él la atención de quienes defienden a ultranza la santidad del presidente y su infalibilidad, exista un frenesí para descalificarlo. Ya en Indymedia Colombia hay una incursión sistemática para repetir un mensaje al respecto. Las noticias alrededor del congresista no cesan y la recurrencia a su figura para macartizar contra la oposición persiste. Interesante.
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