Asistí hoy a la marcha al centro y aproveché para hacer unas bien tacañas tomas. Me llamó mucho la atención que - a pesar de la agresividad verbal de ciertas consignas - el rechazo a los petos y otras detonaciones es evidente y proactivo. El paro agoniza y vienen ya las definiciones sobre el reparto de su liquidación. Al parecer hay bastante tensión laboral por asuntos de pagos, cumplidos y rumores.
Quiero reconocer aquí que ayer en horas de la tarde, participantes del campamento pusieron bajo techo un número importante de los pupitres que habían sido sacados días atrás a la intemperie.
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