Sin eufemismos, lástima es lo que me causan las reacciones de los voceros del gobierno ante el comentario de Blatter sobre el mundial. Me recuerda esa mentalidad del pobre tipo que siente que la aceptación social se la debe a sus hazañas camorreras y, en su ocaso, trata de recuperar brillo buscando los bonches más patéticos. La más mundial sí resultó la del nuevo canciller:
"... pensar que el Gobierno colombiano tiene una segunda intención es pensar más
allá de lo que indican las palabras del presidente Uribe"
Ese sí que la sacó del estadio.
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