Anoche leí la columna de Natalia Springer en la cual se sugiere que Reyes mató a un ginebrino mientras se escabullía cual amante furtivo (¿la Fiscalía ya habrá descartado móvil pasional?). En fin, toda una parajoda de las que son norma es este asunto. Recordé, como lo indica la moda del momento, el estribillo de Juanes de "fíjate bien dónde pisas". La primera vez que lo escuché estaba medio dormido y al fondo sonaba la 'emisora juvenil de la Radiodifusora Nacional', en un programa donde ponían mucho rock español, mexicano y argentino; y por un momento quedé confundido pensando en por qué una 'mina' le desbarataría los pies al amor del argentino que cantaba. Varias emisiones después me fui familiarizando con la 'canción social' del paisa que partió en dos la historia de los conciertos en Colombia.
Sí, desde "Hi-Ho" y "a la mina no voy" (aquí en versión hippie-andina), las minas solo volvieron a resonar en las emisoras en su versión bélica con "One" y con el lamento cursiconsciente de Juanes. Bueno, la política colombiana nunca se ha aguantado las ganas de volverse canción. Desde mucho antes de la censura del 'grito vagabundo', hubo melodías olorosas a pólvora y cubiertas por banderas. Voces contestatarias pusieron en su momento a sonar temas con afirmaciones cómo "sé que en la luna no habrá problemas con Venezuela" o paseos con reclamos blasfemos de economía política ("óyeme, Diosito Santo, tú de aritmética nada sabías"). José A. Morales respondió a la moda de los ponchos andinos y las chacareras de solidaridad con Vietnam, con un local y modesto "Ayer me echaron del pueblo".
Saltándome un tiempito, en los 80 fueron notorios los vallenatos de Daniel Celedón, Rosendo Romero, de los Zuleta y del mismo Diomedes Díaz, que sonaban a memorial de agravios. Como muchas modas, eso se fue y volvió. Ya en los noventa Shakira llevó el género a honduras más intrincadas ("no creo en Jean Paul Sartre"); Vives en su momento cantó a la tropa con sus "hombres de acero". Pero definitivamente el activista del momento viene siendo aquel que mereciera el domingo loas de Bosé, a su par de cojones, su modo de andar, su look cha cha cha casi vulgar (casi no, el tipo comenzó a cantar tras un grito que lo hermanó con el hijueputa de la canción norteña) y esa ceja. Será por eso - redondeo - que la noticia de Reyes me recordó el sonsonetico y me puso a pensar en otras canciones sobre minas, como la que canta el sobrino del Alí Primera del vallenato (ganador alguna vez de un premio Lenin de la paz), con la letra más sombría acerca de las mutilaciones: "ya van a ver compadre, cómo ej que ej, cómo se canta y se brinca en un solo pie".
2 comentarios:
arre!
PS:
http://revolvercali.blogspot.com/2008/03/progresismo-bajo-en-caloras.html
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